¿Qué esperar de mi bebé los primeros meses de vida?

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Dr. Orlando Brinn

Editor Revista Pediatría y Familia

Durante los primeros meses de vida, el bebé va adquiriendo poco a poco una serie de habilidades: aparece la primera sonrisa, da el primer paso, dice la primera palabra, etc. Este proceso de aprendizaje se conoce como desarrollo psicomotor. Se identifican cuatro áreas en el desarrollo del bebé.

    • Desarrollo de la audición y del lenguaje: Inicialmente, el niño se expresará con gestos y al final del primer año dirá sus primeras palabras.
    • Desarrollo social y personal: Comienza la relación con las personas que le rodean. Será el momento de establecer de forma correcta los ritmos de sueño y comida. 
    • Desarrollo de la locomoción: El niño comienza a sentarse y da sus primeros pasos.
    • Desarrollo de la visión y la manipulación: El niño verá los objetos e intentará cogerlos con la mano.

El tiempo en que aparecen las diferentes habilidades puede variar de un niño a otro. No todos los niños se sientan a la misma edad, ni se paran ni caminan a la misma edad.

“Este aprendizaje es progresivo y está determinado por el desarrollo y maduración del cerebro del niño”.

Además, existen otros factores que juegan un papel importante en el desarrollo psicomotor del niño como lo son factores genéticos, nutricionales y sociales, lo cual explica las diferencias entre un niño y otro. En general decimos que un niño tiene un desarrollo psicomotor normal cuando las diferentes habilidades aparecen al tiempo en que  la mayoría de los niños lo hacen, pero esto no es necesariamente así en todos los niños.

El aprendizaje del niño en cada una de las áreas puede evolucionar en el tiempo de forma diferente. Por ejemplo, hablar muy pronto y andar más tarde y viceversa. Es por esta razón que no existe una clara división entre lo normal y lo anormal, y sólo podemos decir que cuanto más se aleje un niño de la edad media de aparición de las distintas habilidades, es más probable que tenga algún problema en su desarrollo.

Para determinar del desarrollo de un niño, el pediatra utiliza las llamadas escalas del desarrollo.

Existen varias, pero todas estudian los distintos logros que tienen lugar en cada una de las cuatro áreas del desarrollo

Desarrollo Motor
El recién nacido pasa la mayor parte de su tiempo dormido y acostado.
A los 2 meses debe sostener la cabeza erguida si se le sienta o coge en brazos. Se sentará sin ayudarse con las manos aproximadamente a los 7 meses y a los 9 se mantendrá de pie sujetándose en un mueble, y puede gatear.

Comenzará a dar algunos pasos a los 12 meses y a los 15 meses andará ya completamente sólo. Muchos padres tienen dudas con relación al desarrollo en esta área porque es la que tiene límites de edad más amplios. Puede ser normal que no se siente hasta los 10 meses o que lo haga a los 6 y puede ser normal que ande a los 10 meses y también a los 18 meses.

Por eso mismo, este aspecto es el que menos guarda relación con la inteligencia del niño. Un retraso en esta área no indica necesariamente retraso mental.

Desarrollo de visual y de manipulación
La aparición de la capacidad de coger objetos con la mano, y la necesidad de explorarlos es el logro más importante de esta área. Para ello se necesita un desarrollo adecuado de la visión. El niño ve ya desde los primeros días de vida, aunque de forma borrosa, y mira y reconoce a su madre.

A los 2 meses comienza a seguir objetos grandes con la mirada, siendo capaz de girar completamente la cabeza en busca del objeto a los 3 meses. A los 4 meses tiene ya una buena visión y comienza el interés por las cosas.              

El recién nacido mantiene las manos cerradas en un puño. Poco a poco, las manos se van abriendo, permitiéndole coger objetos a los 4 meses y llevárselos a la boca. A los 6 meses será capaz de cambiar el chupete de una mano a otra y finalmente, a los 10 meses, cogerá una bolita entre el pulgar y el índice. 

Además de retrasos en la edad de aparición de estos logros, puede haber problemas si:

  • Existe una desviación permanente de un ojo hacia dentro o movimientos oculares raros o no coordinados. Es normal que el niño meta de vez en cuando los ojos hacia dentro en los 3-4 primeros meses.
  • El niño debe usar las dos manos indistintamente. Si nos parece diestro o zurdo debemos consultar al médico para descartar algún tipo de problema.
  • Finalmente, recordar que se debe estimular al niño ya en los primeros días de vida, poniéndole objetos que se muevan y de color en la cuna.

Desarrollo de la audición y del lenguaje
El niño tiene que oír bien y comprender para poder comunicarse con gestos y poder hablar. El recién nacido oye y llora o se sobresalta cuando oye un ruido fuerte. Presta especial atención a la voz humana y mira al que le habla a los dos meses. Comienza a girar la cabeza en dirección al sonido a los 3 meses y a partir de los 5 meses localiza de forma más precisa. A los 9 meses reconoce su nombre y una prohibición por el tono de voz  utilizado                                                             
En los primeros meses, el niño se expresa mediante el llanto y hace los primeros gorgoritos a los 2 meses. Balbucea o dice sílabas sueltas como “la”, “ga”, a los 6 meses. Une dos sílabas, “ma-ma”, “pa-pa” a los 8 meses y a los 12 meses dice sus primeras palabras: llama a su padre y a su madre, papá y mamá. 

Durante el primer año se inicia el aprendizaje progresivo del lenguaje. Es muy importante hablarle y comunicarse con él no sólo para estimular el lenguaje, sino para establecer una buena relación afectiva. La audición debe ser valorada en cualquier niño en que se aprecie un retraso del lenguaje o existan factores de riesgo como sordera en algún familiar.

Desarrollo social y personal
La madre es la persona más importante en los primeros meses y a la que mira y sonríe en primer lugar.

A los 2 meses aparece la primera sonrisa social: sonríe a personas conocidas que le hablan. Se ríe a carcajadas y busca continuamente a su familia para que estén y jueguen con él. A partir del séptimo mes la relación con la madre es más estrecha, con total dependencia de ella y llora si se aleja o hay personas que no conoce.

El niño juega con las cosas llevándoselas a la boca y hasta que cumpla un añito las tirará al suelo. 

Es una etapa de continua curiosidad y exploración: todo le llama la atención, todo lo coge y no para quieto. Por esto aumenta la posibilidad de accidentes, siendo el lugar ideal para el niño el parque. 

Durante el primer año los padres deben empezar a mostrar a los niños ciertas normas de conducta y a partir de los 6 meses enseñar a los niños a comer y a dormir.

El retraso mental se caracteriza por una falta de desarrollo en las áreas mencionadas. Puede ser global y afectar a todas las áreas o afectar a una sola de ellas, siendo la más frecuente la del lenguaje. Hay áreas del desarrollo que son más importantes en la valoración del retraso que otras. La falta de interés por las personas y cosas que le rodean tiene más valor que la edad a la que un niño se sienta o empieza a andar.

Todos los niños son diferentes y se desarrollan con distinta rapidez. Si existen dudas en el desarrollo de un niño, hay que consultar con el pediatra, para así poder diagnosticar algún retraso en alguna de las áreas y poder comenzar un plan de tratamiento adecuado para el niño.

Redacción Pediatría y Familia

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