Deportes y salud en la infancia y la adolescencia

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Dr. José Correa
Director Unidad de Servicios Primarios
Centro de Salud Deportiva y Ciencias del Ejercicio (SADCE), Albergue Olímpico
Departamento de Medicina Física, Rehabilitación y Salud Deportiva de la Escuela de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico

Dra. Ilia Morales
Directora Interina Unidad de Fisiología del Ejercicio
Centro de Salud Deportiva y Ciencias del Ejercicio (SADCE), Albergue Olímpico
Departamento de Medicina Física, Rehabilitación y Salud Deportiva de la Escuela de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico

Dr. Enrique Amya
Director
Centro de Salud Deportiva y Ciencias del Ejercicio (SADCE), Albergue Olímpico
Departamento de Medicina Física, Rehabilitación y Salud Deportiva de la Escuela de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico

Para prevenir las lesiones en niños y adolescentes es imperativo tener un conocimiento adecuado en temas relacionados con el crecimiento y desarrollo; incluyendo los aspectos neurológicos, fisiológicos, anatómicos y psicológicos.

Hoy en día vemos cómo ha aumentado la participación de niños y jóvenes en diversos eventos de competencia o diversión. Niños a muy temprana edad están siendo expuestos a un sinnúmero de actividades deportivas en las escuelas, clubes o federaciones, sin la supervisión adecuada ni los conocimientos necesarios en entrenamiento deportivo.

La necesidad del reconocimiento nacional e internacional muchas veces obliga a los entrenadores a adoptar sesiones de entrenamiento muy intensas, las que resultan inadecuadas y peligrosas para la salud de los niños y adolescentes.

Ante esa realidad, nos vemos en la necesidad de examinar de cerca varios planteamientos que se han hecho en relación a la participación de niños en algunos deportes y especialmente, en las carreras de carreteras.

Crecimiento y Desarrollo:

Su relación con el rendimiento atlético

Aunque la evidencia de los beneficios del ejercicio y el deporte en los jóvenes es abundante, es importante considerar los innumerables riesgos que éstos afrontan todos los días.

Una buena planificación en la actividad deportiva requiere una consideración cuidadosa de las capacidades generales del atleta, al igual que su edad, sexo y madurez. No es hasta que se entiendan y se apliquen los conceptos de crecimiento y desarrollo adecuadamente, que vamos a evitar riesgos y lesiones que puedan afectar al joven por el resto de su vida.

Desarrollo neurológico del niño

Antes de los 5 años de edad, los niños no poseen la habilidad para involucrarse en actividades deportivas complejas, como por ejemplo, aquellas que requieren competencia en equipos.

Esto es así, debido a que sus destrezas motoras y cognoscitivas todavía no están bien desarrolladas. Aún más importante; la gran mayoría de los niños no han desarrollado un sentido adecuado de la seguridad y se arriesgan o descuidan con frecuencia.

Después de esta edad, los niños van desarrollando poco a poco sus destrezas motoras y cognoscitivas, hasta lograr un mejor dominio de éstas y adaptarse mejor a diversas actividades deportivas.

Hasta los 9 ó 10 años de edad, los niños experimentan dificultad en obtener información de diversas fuentes a la misma vez, o sea, su marco de atención es generalmente corto. Las instrucciones a este nivel deben estar bien planificadas y las directrices deben ser cortas y precisas. No será hasta la adolescencia que vamos a observar un cambio significativo en coordinación, balance y destrezas generales. En esta etapa vemos cómo mejoran su ejecutoria en ejercicio o juego en equipo y otras actividades físicas de mayor complejidad.

A medida que el niño madura vemos cómo sus destrezas cognoscitivas y propioceptivas se refinan, permitiendo un mejor desempeño en actividades deportivas. Cuando la maduración sexual es alcanzada, la mielinización de fibras nerviosas motoras se completa y se alcanza una mejor capacidad de tolerancia para el ejercicio. Para esta etapa, el joven está capacitado para participar en eventos específicos que demandan una mayor carga de preparación física.

Desarrollo fisiológico

Los cambios fisiológicos en el atleta joven, en la mayoría de los casos, van a afectar su rendimiento atlético. Tanto la habilidad motora como la fuerza van a ir aumentando con la edad. La habilidad motora se alcanza en la pubertad y la fuerza más tarde, entre las edades de 20 a 30 años.

El tiempo en que ambos llegan a su pico o tope varía con el género. Las mujeres tienden a tener menos habilidad motora que los hombres, debido a que poseen un mayor porciento de grasa corporal. Además, las mujeres llegan alrededor de dos años antes a la pubertad, permitiendo que obtengan primero un pico o tope en el componente de fuerza. La ganancia de fuerza en las mujeres ocurre en una forma gradual y más lenta que en los hombres.

La función pulmonar también aumenta con la edad. La capacidad máxima de volumen pulmonar se adquiere cuando la persona logra su madurez física total. Lo mismo podemos decir de la capacidad máxima ventilatoria y expiratoria; éstas aumentan proporcionalmente con el crecimiento de tamaño de nuestro cuerpo. Por consiguiente, las mujeres poseen una menor capacidad máxima ventilatoria que los hombres.

La función cardiopulmonar varía directamente de acuerdo con el tamaño del cuerpo, como por ejemplo;
aumenta el tamaño del corazón, aumenta el volumen sanguíneo y la presión sanguínea.

Los niños poseen una cantidad menor de volumen sanguíneo y presión arterial, sin embargo, poseen unos ritmos cardíacos más altos que los adultos. En niveles altos de ejercicio, el ritmo cardíaco máximo disminuye alrededor de 0.5 pulsaciones por minuto por año.

A la edad de 10 años, la capacidad máxima del ritmo cardíaco es de alrededor de 210 pulsaciones por minuto y en un adulto de 20 años, las pulsaciones bajan alrededor de 195 pulsaciones por minuto. Por esta razón, es que en muchos casos vemos cómo los niños tienden a sufrir cambios mayores en su cuerpo durante el ejercicio fuerte.

Existe evidencia de que el niño puede padecer de taquicardia durante el ejercicio fuerte, debido a la adaptación que se tiene que hacer en su pequeño sistema cardiovascular. En efecto, el rendimiento atlético del niño va a estar limitado debido a su limitada capacidad de oxigenación. A su vez, esta característica los hace tener un sistema termoregulatorio ineficiente, además de  de tener una razón alta de área superficial a masa corporal. Eventos de larga duración, especialmente en el día, los hace propensos a ataques de calor y deshidratación.

A medida que el niño crece, su capacidad aeróbica aumenta y las funciones pulmonares y cardiopulmonares mejoran, al igual que la función termoregulatoria. Los picos o mayores niveles se obtienen de los 17 a 21 años de edad en hombres, y de 12 a 15 años en las féminas. Mientras más joven es el niño, menor va a ser su capacidad aeróbica y mayores limitaciones tendrá en eventos largos.

Al llegar a la adolescencia, el sistema cardiovascular crece desproporcionadamente del resto del cuerpo y el ejercicio y la competencia se pueden realizar más fácilmente con menos riesgos a la salud.

Desarrollo anatómico

Las consecuencias de una lesión en niños pueden ser muy serias debido a que el sistema musculoesqueletal se encuentra inmaduro y ocurre un cambio constante hacia un mayor desarrollo.

No es raro observar muchas lesiones por sobreuso, especialmente en la etapa donde el niño llega a la pubertad. En esta etapa de desarrollo se suele poner más presión y sobrecarga en el entrenamiento deportivo y ocurren lesiones de naturaleza tendinosa u ósea.

No es deseable realizar cambios en el entrenamiento ni en participación deportiva, hasta que haya ocurrido la maduración ósea deseada. No debemos imponer ejercicios rigurosos hasta que las epísifis de los huesos hayan cerrado o madurado. Esto ocurre generalmente en la pubertad.

Consideraciones psicológicas sobre la participación intensa de niños en el deporte

El que la participación deportiva sea beneficiosa o perjudicial para los niños (en términos psicológicos) depende de la naturaleza de la experiencia, en especial, de la calidad del liderazgo demostrado por entrenadores, padres y oficiales, así como las conductas, personalidades y actitudes de los demás participantes.

Se han discutido ocho ‘issues’ psicológicos importante, a saber:

• Estrés competitivo: Este puede llegar a ser tan grande que provoque un desorden de ansiedad, disminuya la diversión en la participación y provoque “burnout”. Todo esto puede causar que el niño detenga por completo su participación en los deportes.

• Autoestima: Cuando los niños perciben frecuentemente que han fallado en el deporte, pueden desarrollar falta de confianza en sí mismos y sentimientos de incompetencia.

• Motivación: Si los niños fracasan mucho, pueden desarrollar miedo al fracaso, no sólo en el deporte sino en otras actividades, lo que puede afectar negativamente su motivación para tener éxito.

• Competitividad: El enfatizar mucho la competencia y ganar, sobre la participación por diversión, puede producir niños que sean irracionalmente competitivos, que no aprenden a usar estrategias de cooperación.

• Desarrollo moral: Se ha argumentado que la participación deportiva de niños puede retrasar su desarrollo moral porque los expone a conductas no deseadas, como observar a adultos y otros niños hacer trampa, demostrar conductas agresivas, y usar intimidación para conseguir sus objetivos. Si el niño observa que estas conductas no son castigadas por las leyes del deporte, los árbitros, etc., puede internalizar el mensaje de que “el fin justifica los medios”, lo que puede causar problemas tanto en el deporte como en otras áreas.

• Actitudes negativas: Los niños pueden desarrollar estas actitudes hacia el deporte si tienen experiencias negativas constantemente (Ejemplo: fracaso repetido, crítica constante de adultos, etc.). Esto es preocupante porque predispone a los niños a terminar su participación.

• Desarrollo de responsabilidad: Cuando los adultos no le permiten a los niños participar en la toma de decisiones sobre su participación deportiva, se dice que los niños están siendo controlados externamente y esto puede hacer que ellos adquieran una personalidad en la que no aceptan responsabilidad por sus acciones, sino que perciben que fuerzas fuera de su control determinan lo que les ocurre. Esto los puede convertir en adultos dependientes y socialmente irresponsables.

• Desarrollo social: La participación intensa en el deporte puede quitar tiempo de otras áreas del desarrollo, lo que puede llevar a que los niños no tengan un completo desarrollo de sus destrezas interpersonales y se conviertan en personas centradas en sí mismas.

Recomendaciones y Conclusiones

1. Se debe realizar un examen médico pre-competencia antes de cada periodo deportivo.

2. Se debe tener mucha cautela y prudencia con la participación de niños en competencias deportivas antes de los 10 años de edad. Luego de los 10 años de edad, se debe clasificar su participación por etapas de desarrollo sexual en la escala Tanner, certificada por un examen médico y no por edad cronológica hasta después de la pubertad.

3. Se debe evitar la competencia deportiva rigurosa en niños antes de que éstos lleguen a la pubertad.

4. En eventos de alta demanda de capacidad aeróbica no se recomienda la participación de jóvenes hasta tener desarrollo sexual completo (Tanner 5).

5. En eventos de largas distancias, como medio maratón (21 kilómetros) y maratón (42 kilómetros), no se recomienda la participación de jóvenes menores de 18 años de edad.

6. La recomendación en términos psicológicos es tener la diversión como propósito fundamental de la participación de los niños y definir el éxito como “la realización del esfuerzo máximo” en vez de “ganar o derrotar al oponente”. Por lo tanto, se recomienda enseñarle a los niños que ellos pueden perder una competencia y sin embargo, ser exitosos porque dieron el máximo, porque tuvieron el mejor desempeño para su edad y habilidades ó porque cumplieron sus objetivos para esa competencia.

Referencias

American College of Sports Medicine. The prevention of sports injuries of children and adolescents. Med Sci Sports Exerc 1993;25:1-7

FIMS-WHO Consensus Symposium on Sports Medicine and Children for the 1997 International Federation of Sports Medicine Congress.

International Olympic Committee. IOC Medical Commission. Children in competitive sports. Sports medicine manual 1990:156-157

Martens, R. (1993). Psychological perspectives. En B. Cahill y A. Pearl (Eds) Intensive Participation in Children’s Sports. American Orthopaedic Society for Sports Medicine, Champaign, IL: Human Kinetics Publishers.

O’brian, Moira. Exercise in a Woman’s Cycle. Sports, Medicine and Health: The Asian Perspective, Hong Kong, 1992.

Position Statement on Sports and Health in Children, Kai-Ming Chan and Valerie Sung, 1997, Hong Kong.

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