Cada vez aumentan los productos comerciales enfocados a la alimentación para niños y bebés; pero lo que no se sabe es, si por ser necesariamente para este público sean realmente saludables o adecuados.
De todos los alimentos preparados, especialmente para bebés, algunos contienen tanta azúcar que se asimilan al contenido de los caramelos y alimentos para adultos. Ante eso, se plantea la duda si esta tendencia se basa en dietas nutricionales certificadas o es simplemente se hace por vender. Lo preocupante es que generalmente se presentan como buenos para la salud; afirmó la Agencia de Salud Pública de Inglaterra (PHE).
La PHE por medio de un estudio reveló que en el contenido de 1,120 productos alimenticios para niños de hasta 3 años, los resultados fueron niveles altísimos de azúcar de -47,5% en productos ¨a base de frutas y vegetales¨. El informe realizado por esta organización pública de salud cuestionó fuertemente a empresas fabricantes de alimentos infantiles por agregar esta cantidades de azúcar a estos, las que objetó como cuestionables.
El asunto es, que si no se educa a los padres a conocer realmente esa información nutricional, se puede acostumbrar a los bebés a sabores dulces o salados desde las primeras etapas de su vida, lo que puede repercutir de forma negativa a largo plazo. Además, influyen en el desarrollo de caries dentales, sobrepeso y obesidad.
Según varias instituciones públicas u organizaciones infantiles, no es necesaria la adición de azúcar (o sal) en dichos alimentos. Puesto que, los hidratos de carbono naturalmente presente en los alimentos ya cubren las necesidades requeridas; reveló el Manual Práctico de Nutrición en Pediatría de España.
Por lo tanto, es justo y necesario por parte de estas empresas dar información nutricional verídica en dichos alimentos a los padres, como también que, por parte de estos, se encarguen de investigar si los productos que compran para sus hijos son los idóneos para mantener su alimentación y salud.
