El tacto es quizás uno de los sentidos más necesaros para los recién nacidos, de hecho, es el primero de los sentidos en funcionar desde que el bebé tiene tan solo 8 semanas de concepción, de manera que para la semana número 20 del embarazo, el feto es capaz de percibir las caricias que se hacen al vientre.
El contacto físico para los niños, es también un elemento clave para fortalecer los vínculos con padres y familiares más cercanos, y hacen parte de sus pilares para un correcto desarrollo y crecimiento. A través del contacto con la piel, los bebés son capaces de captar información acerca de su entorno y de experimentar sensaciones tan diferentes como el drío o el calor.
Ten en cuenta que las zonas más sensibles del niño suelen ser el rostro, las palmas de las manos, la columna vertebral, los genitales y las plantas de los pies.
¿Cómo puedes ayudarle a estimular este sentido?
- Hazle pequeñas caricias y masajes que le brinden tranquilidad y calma al pequeño. Puedes comenzar con la nuca, bajando por el dorso, espalda y piernas.
- No reprimas la necesidad del bebé de succionar objetos. Lo que sí debes hacer, es supervisarlo en todo momento para evitar cualquier riesgo de asfixia o atragantamiento,
- Alcánzale distintos objetos para que pueda familiarizarse con las diferentes texturas, materiales y formas. Esto permite que el niño empiece a despertar curiosidad por las diferencias de cada elemeto o juguete.
- Hojea con él libros que incorporen materiales diferentes, como telas, plásticos, o diferentes tipos de papel.
- Suavemente conduce su mano por superficies lisas y corrugadas, ásperas o frías. Menciona su nombre y describe la sensación.
- Cuando el niño supere entre los 2 o 3 años de edad, puedes poner a prueba su sentido del tacto tapándole los ojos y reconociendo por sí mismo las texturas que está tocando.
