Un bebé es feliz cuando está alimentado, limpio, descansado, tiene cubiertas sus necesidades de apego y no está sobreestimulado. Por instinto de supervivencia, los bebés anuncian sus necesidades llorando. El llanto de un bebé es agudo y perforante debido a que la evolución natural quiere asegurar que el bebé sea escuchado a toda costa. Pero, ¿qué podemos hacer para evitar que nuestro bebé llore?
Razones que indican que tu bebé está incómodo
Estas son las claves que nos propone el doctor Dr. Harvey Karp, en su libro El bebé más feliz para detectar que un bebé está incómodo.Un bebé menor de seis meses suele llorar por uno de cinco motivos:
1. Tiene hambre
¿Qué hora es? ¿Cuándo fue la ultima vez que comió? ¿Cuánto comió? ¿Le toca comer? Preguntas que parecerían muy sencillas pero que, ante la falta de sueño, más de una vez nos cuesta contestar. Por este motivo es siempre una buena idea aplicar una de estas técnicas:
a) Si tienes un smartphone, descárgate una de las miles de aplicaciones donde puedes apuntar cuánto tiempo come tu bebé. Te permiten poner alarmas del tiempo en el que le toca comer, hacen gráficas sencillas de cuánto ha comido el bebé. Si estás dando pecho, incluso permite distinguir de qué lado ha comido y qué lado le toca. Dos apps útiles para ello son Baby Connect y Eat Sleep: simple baby tracking.
b) Una pulsera con horas. Hay pulseras donde puedes marcar la ultima hora en la que comió tu bebé. Si le das lactancia materna, te la puedes cambiar de mano para señalar que lado le toca en la siguiente toma. Las ventajas son que no necesita pilas, es muy fácil recordar que tienes una pulsera nueva puesta y normalmente están hechas de un material que brilla en la oscuridad. La desventaja es que no permiten anotar cuánto tiempo o qué cantidad ha comido el bebé.
c) Apuntarlo en una libreta. Tu propio método. Apuntas lo que quieres, lo que te interesa. Cuándo comió, cuánto comió, cuánto tardó, cuándo le vuelve a tocar, etc.
2. Un pañal sucio
A veces, surge una pequeña nube olorosa de la cual es imposible escapar. Esta misma nube puede crear la típica discusión de pareja: “Te toca a ti”. “No, yo cambié el anterior”. “Ese era solo pis”… Otras veces no es tan notorio y en estado de agotamiento se nos olvida pensar que este puede ser el motivo del llanto. Parte del misterio de los bebés es porqué a veces pañales terribles no parecen molestarles y otras veces el más diminuto de los pises desatan llantos de terror. No obstante, hay que cambiarle el pañal aunque no lo anuncie. Un bebé con dermatitis es mucho mas difícil de afrontar que cambiar un pañal cuando no nos apetece y al pequeño no parece molestarle.
3. Está cansado
“Mírale, se está rascando los ojitos, tiene sueño”. Le colocas en la cuna, y en vez de cerrar los ojos estalla en un grito por preservar la vida. Le coges en brazos, y mágicamente todo está perfecto. Incluso empieza a quedarse dormido en tus brazos. Le colocas en la cuna, horror. ¡Pero si está que se cae de sueño!
Entre las muchas cosas que tienen que hacer los bebés es aprender a dormirse. De hecho, a veces tienen tanto sueño que no se pueden dormir. Cuando un bebé pasa de estar cansado a estar agotado, la falta de sueño se convierte en causa de estrés. De esta manera su cuerpo empieza a generar hormonas de cortisol y adrenalina, incrementando el estado de alerta, aumentando el latido del corazón, elevando la presión sanguínea y causando tensión en los músculos. En este estado de estrés es muy difícil dormirse.
El método Harvey Karp para dormir al bebé
Hay muchos métodos para dormir al bebé, pero el que últimamente está más recomendado y se está enseñando en centros tan prestigiosos como Lamaze, es el del doctor Harvey Karp. En su maravilloso libro El bebé más feliz describe cómo enseñar a nuestro bebé a dormirse solo y cómo hacerlo de una manera en la que, con un poco de trabajo y esfuerzo, nuestro bebé sea rápidamente el bebé más feliz de su barrio.
Su técnica se basa en el argumento científico de que, en comparación con otros mamíferos, los humanos nacemos sin estar listos para el mundo en el que nos encontramos. Comparado con otros mamíferos, los humanos son mucho más frágiles y vulnerables al nacer. Necesitan constante atención y contacto físico, puesto que no son capaces de levantar sus cabezas, moverse, calentarse o alimentarse. A diferencia de muchos animales, el humano no nace con un instinto que les permite levantarse y salir corriendo ante una amenaza de supervivencia. De hecho, los humanos no solo dependemos de nuestros padres para sobrevivir, sino también para tranquilizarnos, porque no somos capaces de calmarnos a nosotros mismos hasta aproximadamente los cuatro meses de vida. Este libro se basa en recrear un ambiente semejante al del vientre materno para nuestro bebé durante este periodo de cuatro meses al que denomina el cuarto trimestre de embarazo. Siguiendo su método, los bebés aprenden a dormir más plácidamente desde el principio de su vida.
4. Se siente solo
Los humanos, y algunos primates tienen la necesidad primaria de apego. Sin apego, los bebés comen menos, ganan menos peso independientemente de estar comiendo la misma cantidad, se desarrollan cognitivamente de manera más lenta e incluso, en casos severos, dejan de luchar por vivir. Los bebés necesitan del apego, necesitan ser abrazados, sentir contacto piel con piel, oír el latido del corazón ajeno como lo hacían en el vientre y sentirse arropados. De hecho, al dormir, los bebés de hasta tres meses duermen mucho mejor si se sienten arropados, calentitos y seguros.
5. Está sobreestimulado
En el vientre materno, los bebés empiezan a ser capaces de desarrollar sensibilidad en su boca a las siete semanas de concepción. En el segundo trimestre de embarazo, empiezan a hacer uso de sus papilas gustativas. Empiezan a detectar sonidos a las 20 semanas de concepción y a las 35 semanas empiezan a reaccionar ante sonidos y música, a detectar cambios de intensidad de luz al tercer trimestre de embarazo y, en esta misma etapa, pueden detectar olores de la comida que es ingerida por la madre y de los aromas que reciben.
No obstante, todos estos sentidos se experimentan en un ambiente amortiguado por un saco de liquido amniótico y de manera mucho más atenuada a lo que se encuentran en el mundo al nacer. Por este motivo es muy fácil que un bebé se encuentre sobreestimulado fuera del vientre materno. Demasiado ruido, demasiada luz, demasiada gente tocándole… Todos ello puede hacer que un bebé se sienta abrumado y rompa a llorar. Este motivo es el más fácil de combatir. Dejar de hacer lo que se está haciendo y volver a un ambiente un poco menos abrumador.
Si se tiene en consideración que nuestro bebé no padece ninguna enfermedad, calmarle puede ser más sencillo de lo que parece si estamos preparados para ello. Hay que estar preparados para afrontarlo. De esta manera, una vez que llega, no nos invade un pánico abrumador y cansado. La mejor herramienta para calmar a nuestro bebé es el conocimiento. Haciendo uso de lecturas educativas y aplicando técnicas exitosas lograremos también que nuestro hijo sea el bebé más feliz.
Hacer Familia|Maite Balda Aspiazu.