Como padres, uno de los aspectos a los que mayor atención prestamos es al desarrollo intelectual de nuestros hijos. Una preocupación absolutamente normal, considerando que en el mundo en el que vivimos es necesario fortalecer nuevas aptitudes. Por eso, resulta difícil elegir la forma o el método más adecuado con el estilo de crianza que queremos o con las habilidades que queremos potenciar en el niño. Uno de ellos, muy reconocido a nivel internacional, es el método Doman.
Lo que diferencia al método Doman de otros es que este se fundamenta en las habilidades sensoriales del pequeño. Es decir, es una técnica de estimulación que sienta sus bases en el proceso de aprendizaje individual, teniendo en cuenta sus propias experiencias y su manera de percibir el mundo que lo rodea. Así, no se interrumpe el desarrollo natural del cerebro, ni se obliga al niño a aprender un grupo de habilidades específicas porque se busca aprovechar de la mejor manera la capacidad cerebral.
El método diseñado por el neurólogo Glenn Doman y su equipo busca -a través de la estimulación sensorial- que el niño dé rienda suelta a sus capacidades intelectuales. De acuerdo con expertos en esta técnica, las habilidades que cada niño manifiesta depende única y exclusivamente del tipo, calidad y tiempo de los estímulos a los que es expuesto el niño. De ahí que sea un método aplicable desde que el bebé llega a casa; es decir, está recién nacido.
Para este método, los tipos de estimulación más importantes son: el desarrollo del equilibrio, las habilidades motrices, la lectura y los ejercicios del movimiento. De hecho, para el Dr. Doman, los niños no lograban aprovechar toda la inteligencia con la que nacen porque los padres o cuidadores no los estimulaban correctamente. En la actualidad, su método no solamente se aplica como estimulación en el hogar sino que también está presente en guarderías y escuelas.