Buenas razones para sonreír

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Buenas razones para sonreír

Una boca y dientes saludables forman parte importante del bienestar de un niño. Entonces, ¿cuándo debe ir un niño a su primer examen dental? ¿Cuál es la mejor forma de cuidar de los dientes de un bebé? ¿Cómo puede formar buenos hábitos de higiene dental con sus hijos, sin importar sus edades? Esto es lo que necesita saber.

¿Recuerda haber aprendido a cuidar de sus dientes cuando era niño? Talvez había una canción alegre cuyo ritmo seguía mientras se cepillaba o quizá le vienen a la mente imágenes de caricatura relacionadas con la leche. Talvez tiene la edad suficiente para recordar aquellas tabletas rojas que, al masticarlas, mostraban dónde le faltaba cepillarse. Aunque esta época marcó un punto decisivo para su independencia, el camino a la salud oral empezó mucho antes.

Incluso las bocas de los bebés pueden desarrollar una acumulación de bacterias dañinas en las encías, un problema que puede evitarse si se limpian con un trapo suave y húmedo después de las comidas. Algunos de los consejos que los pediatras incluyen en un plan de salud total también hablan sobre mantener saludables la boca y los dientes del bebé. Las necesidades nutricionales entran en juego. Y por todos los consejos que pudo haber recibido sobre ayudar a su bebé a dormir al acostarlo con un biberón, este es probablemente el principal colaborador a que surjan caries tempranas y prevenibles.

“En nuestra clínica en Duke Children’s Hospital, vemos niños menores de 3 años con una cantidad significativa de caries. Restaurar estos dientes a un estado saludable no solo es emocionalmente desgastante para el niño, sino que también es una carga financiera para la familia”, dice la Dra. Martha Ann Keels, dentista pediátrica en Durham, Carolina del Norte, quien trata la caries infantil causada por el uso inadecuado del biberón.  Cómo obtener ayuda dental

Tener dientes saludables es básico para poder hablar y masticar alimentos sólidos. Ya sea que se encuentre justo en medio de la etapa de las largas noches que pueden acompañar la dentición de su bebé o que su hijo tenga un juego de bellos dientes, es buena idea actualizarse sobre qué hacer después de eso.

Y de acuerdo con la Dra. Keels, ahora existe un consenso entre las cuatro principales organizaciones nacionales en que todas recomiendan que los niños debieran recibir una evaluación de riesgos de salud oral antes de su primer cumpleaños.

Los primeros viajes de un hijo al dentista pediátrico les pueden dar a los padres una buena guía para cuidar de los dientes, las encías y la boca de su hijo. Es buen momento para averiguar cómo animar a su hijo a que sea él quien se preocupe de su higiene dental y obtener respuestas a sus preguntas sobre todo, desde alimentación hasta el uso del chupete.

El dentista también explicará cómo detectar posibles problemas, tales como manchas blancas calcáreas que indican caries dental, una enfermedad dental temprana. De acuerdo con la Dra. Keels, la caries es el problema más común diagnosticado en pacientes jóvenes. “Los padres necesitan saber que las lesiones de manchas blancas son reversibles; pueden remineralizarse con una combinación de remedios, tales como cambios en la dieta y barnices de flúor”, explica la Dra. Keels. “Si la mancha blanca se deja sin atención, puede avanzar rápidamente hasta convertirse en una caries irreversible”. Paz mental

Incluso para los adultos que no han cumplido con sus propios chequeos de rutina, los padres siempre quieren lo mejor para sus hijos, y esto incluye recibir una atención dental apropiada. Agregar a un profesional dental como un recurso a su sistema de soporte puede brindarle paz mental continua para su familia completa.

La Dra. Keels cuenta su experiencia de examinar a un bebé de 12 meses por primera vez una mañana hace poco. Ese mismo día, el bebé se cayó y se ensartó los dientes en las encías.

“No es poco común que un niño pequeño se caiga y lastime los dientes cuando está aprendiendo a caminar. En el escenario en que el niño ya tiene una casa dental a la edad de un año, la familia sabe a dónde acudir para recibir ayuda”, comenta la Dra. Keels. “En el caso de que aún no hayan visitado a un dentista, sería doblemente estresante encontrar un proveedor”.

Cómo encontrar el dentista adecuado

El Dr. David M. Krol, de FAAP, catedrático y presidente de pediatría en la Facultad de Medicina de University of Toledo, dice que él “incondicionalmente” respalda una evaluación de riesgos de salud oral antes del año de edad. Es la mejor forma de aprender cómo cuidar de los dientes de un niño y de formar los buenos hábitos que son la clave de la prevención, comenta. “Este es el ideal, pues se espera que los niños se conecten con un hogar dental antes de que necesiten cualquier intervención más seria y puedan desarrollar una relación sólida y positiva con un dentista”, señala el Dr. Krol.

Los expertos sugieren que se dedique a buscar un dentista pediátrico con la misma seriedad y energía que invirtió para buscar un médico de atención primaria. Consiga nombres de los dentistas pediátricos del área de amigos de confianza, profesionales y organizaciones de la salud. El pediatra actual de su bebé, junto con su propia investigación en Internet y a través de su proveedor de seguro dental, también pueden servir como buenos puntos de partida.

El Dr. Krol sugiere a los padres que se hagan preguntas simples después de seleccionar un dentista pediátrico para una visita del primer año, tales como “¿Cómo interactúa el dentista con los niños? ¿Los atenderá el mismo dentista cada vez que acudan?” Y lo más importante, recalca, es que los padres no deben subestimar su propio nivel de comodidad cuando se trata de un proveedor dental regular.

El examen: Qué esperar

Casi todos los dentistas pediátricos realizarán un examen exhaustivo de la boca y los dientes mientras el niño está cómodamente sentado en el regazo de su padre o madre. Al usar un cojín como respaldo, algunos dentistas les piden a los niños que se recuesten sobre el cojín mientras sostienen las manos de su padre o madre.

Para mayor tranquilidad de las mamás y papás renuentes, la Dra. Keels dice, “Les aseguro a los padres que es completamente normal que el niño se moleste por tener que recostarse, pero que el examen es bastante rápido y los niños pequeños se recuperan rápido cuando se les permite sentarse”.

Si le preocupa que su bebé esté muy inquieto o su hijo pequeño muy revoltoso en una clínica silenciosa, no es el único en esa situación. Podría ser útil recordar que está buscando la experiencia de un profesional cuya carrera está dedicada a trabajar con niños. Un dentista pediátrico recibe una enseñanza especializada adicional de dos o tres años a la de un dentista no especializado. Y aunque mantener una sala de espera llena de juguetes no sea necesario para obtener las credenciales, sin duda alguna es la norma.

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Reglas de oro para criar hijos sin caries

  • Apoye una buena salud dental al cuidar de las encías y los dientes de su hijo todos los días. Cuando el niño tiene la edad suficiente para “hacerlo solo”, siga supervisando los hábitos y el cuidado diarios.
  • Sea selectivo del tipo de bebidas que sirve en el biberón o el vasito entrenador de su bebé, aparte de agua. Recuerde, los dentistas suelen llamarle “dulce líquido” al jugo y las gaseosas.
  • Mantenga alejados los biberones y los vasitos entrenadores de la siesta y la hora de dormir de su hijo. Los líquidos tienden a adherirse a los dientes porque la boca está más seca cuando uno duerme.
  • Recompense a sus hijos con abrazos, calcomanías y juegos en lugar de postres y dulces. Los alimentos con azúcar dejan un revestimiento pegajoso que produce bacterias dañinas y ácidos que destruyen el esmalte. Pero si se siente obligado a darle a su hijo un dulce ocasional, elija uno que se deshaga rápido en lugar de uno gomoso.
  • Ofrézcale alimentos ricos en calcio, tales como yogur, queso y leche, junto con abundantes vegetales llenos de vitaminas para ayudarle a mantener dientes fuertes y saludables. Forme buenos hábitos desde las primeras etapas al ofrecerle premios saludables en lugar de dulces a la hora de la refacción.
  • Hable con el pediatra o dentista de su hijo acerca de la cantidad apropiada de flúor que necesita su hijo.

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