Hay niños distraídos o que se distraen con un ruido, una luz o con sus propios pensamientos. Les cuenta concentrarse y esto hace que vayan más lentos a la hora de aprender conocimientos.
Estos no son niños especialmente nerviosos. Es más, pueden ser niños tranquilos que, sin embargo, van a un ritmo más lento porque se despistan y no prestan la suficiente atención. ¿Cómo podemos ayudarles?
“No es lo mismo niño distraído que niño con Déficit de atención (TDA/H)”.
El Déficit de Atención es un problema que afecta a una proporción mínima de niños. ¿En qué se diferencian?
El TDA/H (Déficit de atención e hiperactividad), se produce cuando el problema de concentración del niño es severo y no evoluciona. Los síntomas aparecen antes de los siete años y se dan tanto en el colegio como en el hogar. Se diagnostica a partir de una serie de pruebas, ya que se trata de un problema o disfunción en algunas áreas del cerebro.
No obstante, la mayoría de los niños distraídos no sufren TDA/H. Sólo se trata de problemas de concentración. Puedes ser niños soñadores o despistados. O tal vez niños inquietos o muy nerviosos.
Cuando un niño se distrae con más facilidad de lo normal, lo nota en el proceso de aprendizaje. Adquiere conocimientos de forma más lenta y las tareas en casa se convierten en una pesadilla para los padres. Sin embargo, es fundamental no regañar al niño ni mostrarse enfadado. El niño podría sentirse ‘fracasado’ y culpable.
Ten en cuenta estos consejos para ayudar a tu hijo a concentrarse más en las cosas:
De: Guía Infantil