La importancia de la detección temprana del trastorno por déficit de atención con hiperactividad

1,810

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es uno de los trastornos del neurodesarrollo más frecuentes de la niñez. Habitualmente su diagnóstico se realiza en la niñez y a menudo dura hasta la adultez. Los niños con TDAH pueden tener problemas para prestar atención, controlar conductas impulsivas (pueden actuar sin pensar cuál será el resultado) o ser excesivamente activos.

Signos y síntomas

Es normal que a los niños les cueste concentrarse y comportarse bien de vez en cuando. Sin embargo, los niños con TDAH no van dejando atrás esas conductas a medida que crecen. Los síntomas continúan y pueden provocar dificultades en la escuela, el hogar o con los amigos.

Un niño con TDAH puede presentar las siguientes conductas:

  • Fantasear mucho.
  • Olvidar o perder las cosas con mucha frecuencia.
  • Retorcerse o moverse nerviosamente.
  • Hablar mucho.
  • Cometer errores por descuido o correr riesgos innecesarios.
  • Tener problemas para resistir la tentación.
  • Tener problemas para respetar turnos.
  • Tener dificultades para llevarse bien con otros.

Tipos

Hay tres tipos diferentes de TDAH, según qué tipos de síntomas sean más fuertes en la persona:

  • Presentación en la que predomina la falta de atención: Es difícil para la persona organizarse o terminar una tarea, prestar atención a los detalles o seguir instrucciones o conversaciones. La persona se distrae fácilmente o se olvida de detalles de la rutina diaria.
  • Presentación en la que predomina la hiperactividad/impulsividad: La persona se mueve nerviosamente y habla mucho. Le resulta difícil quedarse sentada quieta durante mucho tiempo (p. ej., para una comida o mientras hace la tarea escolar). Los niños más pequeños pueden correr, saltar o trepar constantemente. La persona se siente inquieta y tiene problemas con la impulsividad. Una persona que es impulsiva puede interrumpir mucho a otros, agarrar cosas que les pertenecen a otros o hablar en momentos inapropiados. Es difícil para la persona esperar su turno o escuchar instrucciones. Una persona con impulsividad puede tener más accidentes y lesiones que los demás.
  • Presentación combinada: Los síntomas de los dos tipos anteriores están igualmente presentes en la persona.

Dado que los síntomas pueden cambiar con el paso del tiempo, la presentación también puede cambiar con el tiempo.

Causas del TDAH

Los científicos estudian las causas y los factores de riesgo para intentar encontrar mejores maneras de manejar y reducir las probabilidades de que una persona tenga TDAH. Se desconocen las causas y los factores de riesgo del TDAH, pero investigaciones actuales muestran que la genética tiene un papel importante.

Además de la genética, los científicos están estudiando otras causas y factores de riesgo posibles que incluyen los siguientes:

  • Lesión cerebral
  • Exposición ambiental (p. ej., al plomo)
  • Consumo de alcohol o tabaco durante el embarazo
  • Parto prematuro
  • Bajo peso al nacer

Los resultados de investigaciones no respaldan las opiniones populares de que el TDAH se origina por comer demasiada azúcar, ver demasiada televisión, por las técnicas de crianza o por factores sociales y ambientales, como la pobreza o el caos familiar. Por supuesto, muchas cosas, incluidas estas, podrían empeorar los síntomas, especialmente en ciertas personas, pero no hay suficientes datos de peso como para concluir que son las causas principales del TDAH.

Caso de TDHA

Carlos tiene 8 años de edad y fue diagnosticado con Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) a los 6 años. La madre de Carlos lo lleva al pediatra, ya que ha notado que ha perdido peso y está inapetente. Le preocupa que el medicamento psicoestimulante prescrito por el pediatra le esté afectando su apetito.

Cuando el pediatra lo pesa, descubre que bajó 8 libras desde su última cita hace 7 meses.  En aquella cita Carlos le contó al pediatra lo mucho que le gustaba jugar pelota. Esta vez parece más callado y retraído. Cuando el pediatra le preguntó sobre su equipo de pelota, le comentó que no está jugando porque no tiene quien lo lleve. La madre comenta que quien lo llevaba era la abuela que falleció de un infarto cardiaco justo después de la cita pasada. El pediatra le pregunta a la madre cómo la familia ha estado sobrellevando la pérdida, a lo que responde que evitan hablar de la abuela frente a Carlos para no recordársela. Sólo lo vieron llorar el día del entierro, así que la familia piensa que Carlos se ha repuesto muy bien. Por otra parte, las maestras se han quejado de que lo único que hace en la escuela es molestar, hacer chistes y no quiere hacer sus trabajos, pero la madre no quiere seguir subiendo la dosis del medicamento del ADHD por su pobre apetito. La abuela era quien le cocinaba a Carlos en las tardes y quien se sentaba con él a hacer las asignaciones.

¿Será el TDAH el causante de los problemas más recientes de conducta y académicos de Carlos? ¿Habrá bajado de peso por el uso del psicoestimulante? ¿Se encuentra Carlos emocionalmente bien?

La depresión

Se define como un estado de ánimo triste, sentimientos de soledad o desesperanza, la mayor parte del día, por un periodo de dos semanas o más. Se puede observar una pérdida marcada en el interés de cosas o actividades, pérdida o ganancia marcada de peso, cambios en el patrón de sueño, sentimientos de vacío o culpa, pérdida de energía y/o concentración, pensamientos recurrentes de muerte y/o ideas suicidas entre otros.

Mucho se ha hablado de la depresión en adultos, pero el tema de la depresión en las edades escolares es un tema del que se habla muy poco, principalmente por la creencia herrada de que los niños no se deprimen. Si bien es cierto que la prevalencia de depresión en la población pediátrica puertorriqueña es de un 3% (Canino et al), no deja de ser importante la detección temprana y el tratamiento, ya que la depresión es una de las condiciones crónicas más incapacitantes a cualquier edad. Acorde con la tendencia en adultos, las niñas presentan más síntomas depresivos y son diagnosticadas más frecuentemente con un Trastorno Depresivo en comparación con los niños. Contrario a lo que se pensaba, estudios recientes demuestran que los escolares pueden presentar síntomas depresivos típicos como tristeza, anhedonia y culpa (Kovacs et al. 1984), además de presentar irritabilidad, problemas conductuales, académicos, ideas suicidas y/o automutilaciones. Los niños no necesariamente tienen que presentar llanto como uno de sus hallazgos.

Se reconocen como factores de riesgo comunes para depresión los eventos traumáticos como:

Pérdidas, abuso o negligencia, pobre apoyo familiar, problemas con los pares, problemas de salud, entre otros. Los hijos con 1 padre deprimido tienen 25% más riesgo de sufrir un evento depresivo en su vida, mientras que los hijos donde ambos padres han estado deprimidos tienen un 75% más de riesgo.

Uno de los indicadores más importantes de depresión es la conducta suicida (Roselló et al). El suicidio es la 4ta causa de muerte en latinos entre los 10-14 años. Nunca debemos subestimar cuando un niño expresa ideas de muerte o actúa sobre esas ideas. Cuando identificamos un niño con uno o más factores de riesgo, debemos fortalecer sus factores protectivos tales como apoyo familiar, autoestima, autocontrol, relaciones con pares etc.

Existen varias estrategias terapéuticas para la depresión pediátrica como la terapia de juego, la terapia cognitivo conductual, sesiones con padres y farmacoterapia, entre otros. Si se detectan síntomas depresivos que estén causando disfunción en el menor, no dude en referirlo a un profesional de la salud mental para evaluación y manejo. Se sabe que la taza de los síntomas depresivos tiende a aumentar con la edad, por lo que trabajar con dicha sintomatología temprano en la enfermedad, mejora dramáticamente la calidad de vida y la prognosis del paciente.

Por: Myrangelisse Ríos Pelati, MD, Presidenta de la Asociación de Psiquiatras de Niños y Adolescentes.
Práctica privada Hospital San Jorge, Puerto Rico.

Referencias
Kovacs, M., Feinberg, T.L., Crouse-Novak, M.A., Paulauskas, S.L., & Finkelstein, R. (1984). Depressive disorders in childhood. I. A longitudinal prospective study of characteristics and recovery. Archives of General Psychiatry, 41, 229–237.
Rosello, J., Berríos, M.Revista Interamericana de Psicología/Interamerican Journal of Psychology – 2004, Vol. 38, Num. 2 pp. 295-302

¡Haz clic para puntuar esta entrada!
(Votos: 0 Promedio: 0)
Cargue Artículos Más Relacionados

Mira además

Buscando el diagnóstico: enfermedad de Crohn

¿Qué es la enfermedad de Crohn? La enfermedad de Crohn hace que partes del intestino se en…