Los desórdenes o trastornos alimenticios son afecciones graves de salud mental. Implican problemas serios sobre cómo se piensa sobre la comida y la conducta alimenticia. Se puede comer mucho menos o mucho más de lo necesario. “Los trastornos alimenticios son reales afecciones médicas”.
Son cada vez más frecuentes a edades más tempranas, y, como padres, debemos estar alerta y ser capaces de detectar signos que nos alerten sobre su posible aparición.
Y es que, un trastorno alimenticio en niños viene acompañado de ciertos signos que nos alertan sobre lo que está ocurriendo. Por tal motivo, en esta sección te ayudamos a detectar estas señales que indican que el niño está sufriendo un desorden relacionado con la alimentación.
El problema es probablemente mucho más complejo de lo que parece, con factores biológicos, genéticos y medioambientales que, combinados en un momento concreto, desencadenan el desorden alimenticio, y el conjunto es algo muy difícil de controlar.
“La anorexia y la bulimia son los trastornos alimenticios en niños y adolescentes más comunes”.
La anorexia se caracteriza por una obsesión por la delgadez que puede llevar no solo a no comer sino a hacer ejercicio hasta el límite de la extenuación. Por el contrario, la bulimia consiste en comer compulsivamente y haciendo grandes excesos, sobre todo dulces y comidas extremadamente calóricas, para luego forzar el vómito o utilizar laxantes.
Ambos se pueden presentar aislados o en combinación, con temporadas de anorexia nerviosa alternadas con otras de bulimia.
“Lamentablemente, los niños que sufren trastornos de la alimentación se convierten en expertas a la hora de esconder los signos que pueden alertar a los que están a su alrededor”.
Así que, como padres debemos estar muy atentos, aunque nunca culparnos si no somos capaces de detectar las señales y, ante cualquier duda, intentar no perder la confianza de nuestro hijo pero consultar rápidamente al especialista.
De: Guía Infantil