Cuando todavía estaba en la barriga de su madre, Violet-Vienna desarrolló unas peligrosas anomalías en los vasos sanguíneos de su corazón. Los médicos detectaron el problema en una ecografía que le hicieron a Kirbi-Lea, la madre de la niña, a las 20 semanas de embarazo. Pero cuando se sospecha que un feto puede tener problemas cardíacos, no siempre se pueden identificar los detalles de la enfermedad. Esto se debe a los problemas técnicos que supone tomar imágenes nítidas de un corazón pequeño y que se mueve con rapidez.
Kirbi-Lea decidió entonces participar en un estudio para probar un nuevo método que permite obtener imágenes claras del corazón de los fetos y, por lo tanto, mejorar el diagnóstico de las cardiopatías congénitas. Con este método, desarrollado por el King’s College de Londres y el Evelina London Children’s Hospital, se toman una serie de imágenes 2D del corazón desde diferentes ángulos usando una máquina de resonancia magnética.
Las imágenes que se obtienen, sin embargo, son borrosas, ya que el corazón de un feto es pequeño, late increíblemente rápido y el bebé se mueve. Aquí es donde interviene un sofisticado software que une las imágenes y luego construye una proyección 3D del corazón sin precedentes, lo que da a los médicos una visión clara de la anomalía.
En el caso de Violet-Vienna, las imágenes mostraban un estrechamiento de la aorta, la arteria principal proveniente del corazón, que bloquearía el vaso sanguíneo después de nacer. La niña también tenía dos agujeros en el corazón.
“Fue aterrador, estaba en shock”, explica Kirbi-Lea a la BBC.
Sin embargo, tener esta información permitió a los médicos planificar cómo intentarían salvar la vida de la niña después de que llegase al mundo.
“Cuando nació no pude abrazarla. Tuvieron que llevársela de inmediato para mantenerle la aorta abierta”, sigue contando la madre.
Una semana después, Violet-Vienna se sometió a una operación de corazón, y ahora tiene ya 11 meses.
“Está prosperando, y todo gracias a estos especialistas y esta tecnología. Es increíble lo que hacen, salvan vidas“, concluye la madre.
Avanzar el diagnóstico
En el estudio, publicado en ‘The Lancet’, participaron otras 84 mujeres embarazadas además de Kirbi-Lea.
“La resonancia magnética tridimensional revoluciona el tipo de información que podemos obtener antes de que nazcan los bebés”, explica John Simpson, profesor de cardiología pediátrica y fetal en Evelina London Children’s Hospital.
Y añade: “Esto tiene consecuencias directas en la atención que ofrecemos después del nacimiento”.
La información sobre el corazón del feto que consiguieron con estas resonancias magnéticas resultó confiable, lo que permitió optimizar el tratamiento que recibieron los bebés tras el parto.
Los investigadores aseguran que se trata de una tecnología fácilmente aplicable en los hospitales. El equipo ahora está trabajando para combinar esta imagen en 3D con otras técnicas avanzadas de ultrasonido y resonancia magnética para tratar de entender por qué algunos bebés desarrollan formas más graves de cardiopatía congénita que otros.
La investigación es parte de un proyecto en el que participan varios hospitales para aumentar la cantidad de problemas de salud detectados durante las exploraciones estándares de un embarazo y ganar un tiempo que puede ser vital.