Redacción Pediatría y Familia
¿Cuándo sentiré a mi bebé?, se preguntan las mujeres cuando saben que están embarazadas. Descubrir los movimientos del pequeño, genera emociones positivas entre la futura madre y su hijo. Incluso, muchas mujeres afirman que no comenzaron a sentirse realmente embarazadas hasta que no percibieron los primeros movimientos fetales.
Lo cierto es que los científicos y expertos comprobaron que el movimiento fetal se produce desde las primeras semanas de gestación, entre la 7ma y 8va, cuando el feto es todavía muy pequeño. Debido a su tamaño, los movimientos y saltos son imperceptibles para las madres, aunque hay grupos reducidos de mujeres que afirman haber sentido a su bebé desde el inicio de su embarazo, usualmente madres con partos anteriores.
El movimiento fetal es el indicador principal de la salud del bebé. Un feto que se mueve constantemente es la mejor forma de saber si el pequeño padece o no de problemas de salud. Para el niño en el vientre, el movimiento es su forma de comunicación con el mundo exterior y de reaccionar ante los estímulos que va captando a medida que avanza el embarazo.
¿El movimiento fetal también indica la personalidad del bebé?
Aunque los pediatras y médicos todavía debaten este aspecto -debido a que la educación del niño es el factor más influyente en el desarrollo de su personalidad-, también afirman que esta puede ser una manera de averiguar cómo puede ser el comportamiento del bebé fuera del útero.
Sin embargo, se conocen 3 categorías que agrupan a los bebés según la intensidad y el tipo de movimientos que hace el bebé.
1. El pequeño sensible
¿Sabías que hay bebés que reaccionan casi de inmediato a la mayoría de estímulos de su entorno? Cuando estos pequeños se sienten agobiados o notan que la madre no tiene un buen estado de ánimo, dejan de moverse durante varios minutos y horas. Según estudios, el organismo de los bebés es más sensible de lo que se pensaba ante muchos estímulos. Por ese motivo, responden y se relajan con la música clásica y se enojan o asustan con películas de terror o sonidos muy fuertes.
Sin embargo, las madres deben estar atentas a cualquier cambio de comportamiento del niño. Si es un bebé que se mueve muy activamente y de repente, lo hace más pausado, es imprescindible asistir a un chequeo médico para detectar posibles complicaciones.
2. El bebé rudo
Estos son los pequeños más activos, que saltan y dan patadas con tal intensidad, que incluso pueden causarle dolor a la madre. Esto no quiere decir que vaya a ser un niño complicado en su crianza, o que presente dificultades para adaptarse a la vida en casa.
Simplemente, se ha descubierto que los niños también perciben con gran intensidad las hormonas que se producen en situaciones de estrés y tensión. Como éstas viajan por el torrente sanguíneo, también llegan al feto, que responde con vueltas y saltos en el útero para mostrar su alteración y su descontento.
3. El bebé terco
Hay algunas madres que se quejan por la diferencia de horarios con sus bebés. A algunas, el tema las divierte. Lo cierto es que existen fetos que parecen llevar la contraria siempre a su mamá: se despiertan durante la noche, no reaccionan ante nuevos sabores ni sonidos durante el día o se esconden cuando quieren presentarlos a alguien.
Este tipo de comportamiento está relacionado con la producción de cortisona en el organismo de la madre gestante y se reconoce por esas pequeñas fases de vigilia y rutinas nocturnas en las que el bebé permanece activo.
Esta categorización no corresponde a un estándar. La mayoría de bebés presenta todos estos tipos de comportamiento durante toda la gestación. Por eso, la madre debe aprender a conectarse con él, descubrir sus preferencias y darle todo su amor desde el principio del embarazo.
