Carmen D, Zorrilla, MD, Vivian Tamayo-Agrait, MD y Juana Rivera Vinas, MD | Departamento de Obstetricia y Ginecología, Escuela de Medicina UPR |
El cuidado prenatal ha impactado favorablemente la salud de mujeres embarazadas y sus infantes. El objetivo del cuidado prenatal es lograr el nacimiento de un bebé saludable con riesgo mínimo para la madre.
El modelo tradicional incluye diversas visitas y evaluaciones a nivel individual.
El objetivo del cuidado prenatal es lograr el nacimiento de un bebé saludable con riesgo mínimo para la madre. Luego de una evaluación inicial completa, se mantienen evaluaciones continuas de la salud de ambos, se trata de identificar o prevenir posibles complicaciones y se atienden problemas para evitar o reducir la morbilidad.
El cuidado prenatal tiene varios elementos que incluyen educación y orientación sobre formas de mantener u optimizar la salud de la madre incluyendo nutrición, ejercicios, estilos de vida, exposición a sustancias que puedan afectar al feto como alcohol.
Hay estudios sofisticados que se hacen en tiempos específicos del embarazo, por ejemplo, el sonograma para determinar las fechas. También hay pruebas sencillas de seguimiento que se hacen en cada visita e incluyen:
Tradicionalmente el cuidado prenatal consta de alrededor de 10-12 visitas en donde la mujer embarazada recibe atención individualizada dependiendo de su condición de salud.
Recientemente se ha demostrado que hay otros modelos de cuidado prenatal que reducen el riesgo de complicaciones como parto prematuro. El cuidado prenatal se puede ofrecer en grupo y esto ha demostrado mayor satisfacción con el servicio, reducción en tasa de partos prematuros y aumento en la proporción de madres que deciden lactar a sus bebes.
El reducir la tasa de partos prematuros en Puerto Rico significaría no solo un ahorro sustancial en los gastos médicos de niños que nacen de bajo peso, sino que implica mejor sobrevida y calidad de vida para estos infantes y sus familias.
Parte del propósito del cuidado prenatal es verificar el estado de salud de la madre y del feto para identificar, anticipar o prevenir posibles complicaciones.
El embarazo dura 40 semanas que comúnmente se dividen en 9 meses de calendario. La fecha estimada del parto se calcula sumándole 1 semana al primer día de la última regla y restándole 3 meses (regla de Naegele). Hoy en día se hacen sonogramas temprano en el embarazo para confirmar las fechas, verificar los latidos cardíacos fetales y determinar si hay embarazos múltiples u otros hallazgos.
El tiempo de embarazo es de 40 semanas, aunque todos pensamos son nueve meses. Dividimos esas 40 semanas del embarazo en trimestres pues hay eventos importantes del desarrollo fetal y la adaptación fisiológica materna que se pueden definir mejor por periodo de tiempo.
El primer trimestre va desde la concepción hasta las 13 semanas. El segundo trimestre va desde las 13 semanas y un día hasta las 26 semanas. Y el tercer trimestre va desde las 26 semanas hasta las 41 semanas.
Luego de las 42 semanas (pero en la práctica moderna las 41 semanas) comenzamos a evaluar el embarazo como “pasado de fecha”. En este último caso se hacen evaluaciones de bienestar fetal y materno al igual que determinar si hubo algún error en el cálculo de las fechas. En EU 71 % de las embarazadas comienzan su cuidado prenatal durante el 1er trimestre (1). En PR es aproximadamente un 80%.
En cada visita se evalúan síntomas, se verifica el peso y la presión sanguínea, las medidas del crecimiento del útero, los latidos y actividad fetales, y cualquier signo o síntoma presentado por la embarazada.
La siguiente tabla resume las pruebas más importantes por cada trimestre de embarazo en pacientes sin complicaciones médicas previo al embarazo.
Reconociendo que la mitad de los embarazos ocurren sin estar planificados, queremos destacar en este articulo la importancia del cuidado preconcepción. Esta es una evaluación que se deba hacer a toda mujer en edad reproductiva que está activa sexualmente y no está usando algún método de planificación familiar.
El propósito es optimizar el estado de salud antes del embarazo para lograr mejores resultados. Se debe evaluar para condiciones médicas que requieran tratamiento crónico como diabetes, hipertensión o asma. Infecciones de transmisión sexual (tales como el VIH, Hepatitis, Syphilis y otras) se deben identificar pues algunas se pueden tratar y curar y otras (VIH, Hepatitis) se manejan durante el embarazo con medicamentos para reducir la transmisión madre-a-infante. Se recomienda actualizar las vacunas (hepatitis, Rubella, influenza y otras), tomar ácido fólico (0.4 mg) para reducir riesgo de defectos de tubo neural.