La placenta es el tejido que se forma dentro del útero durante el embarazo encargada de proporcionar oxígeno y nutrición al bebé a través del cordón umbilical. Esra suele adherirse a la parte superior o lateral del útero.
Se le conoce como placenta previa a la obstrucción del cuello uterino de la madre por la fijación inadecuada de la placenta. Esta puede provocar sangrado en un estadío avanzado del embarazo, es decir, después de la semana número 20. Existen tres tipos de placenta previa:
Placenta previa total: Se cubre completamente el cuello uterino
Placenta previa parcial: Cubre parcialmente el cuello uternino
Placenta previa marginal: La placenta se ubica cerca del borde del cuello uterino.
A medida que avanza el embarazo, la placenta se desplaza y crece. Frecuentemente, en el primer trismestre, la placenta se ubica en la parte baja del útero pero poco a poco se desplaza a la parte superior de este de manera que para el tercer trimestre el cuello uterino esté despejado para el parto.
La placenta previa no es un padecimiento muy frecuente, sin embargo algunas mujeres tienen una predisposición a sufrirla si:
Uno de los síntomas más frecuentes de la placenta previa, es el sangrado vaginal cuando el embarazo ya se encuentra avanzado. Puede ser indoloro o presentarse con cólicos abdominales. El sangrado puede ser intenso y potencialmente mortal.
En algunos casos, el trabajo de parto inicia después del sagrado, mientras que en otros, ocurre al iniciar el trabajo de parto.
Casi todas las mujerescon placenta previa requieren un parto por cesárea, ya que un parto natural pone en riesgo la vida de ambos. Incluso, cuando se trata de placenta previa marginal o parcial, el especialista puede recomendar reducir actividades que requieran esfuerzo físico, reposar en cama, abstenerse de tener relaciones sexuales y evitar el uso de tampones durante determinado tiempo. Y en algunas ocasiones, la recomendación principal es permanecer en el centro médico para mantener un control constante de sus signos y los del bebé.
Otros tratamientos pueden incluir transfusiones sanguíneas, medicamentos para prevenir partos prematuros e inyecciones de esteroides para acelerar el desarrollo de los pulmones del bebé.