10 elogios por cada reproche: ¡súbele la autoestima a tus hijos!

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Los primeros años de vida son fundamentales para que los niños adquieran seguridad en sí mismos, para que aprendan a autovalorarse y verse capaces de superarse en cada reto. La actitud y la valoración que hagamos los padres sobre ellos y sus actos tienen un papel fundamental en este logro.

A partir de los 4 años, nuestros hijos ya han dejado de ser bebés y se van convirtiendo en pequeñas personitas. Comienzan a desarrollar una personalidad que va a depender, en un porcentaje muy alto, del modo en el que les tratemos y les veamos.

Muchos expertos afirman que las edades más importantes para el desarrollo de la autoestima son la niñez temprana y media, es decir, de tres a diez años. Y en esta edad los niños se concentran en los sentimientos que tienen respecto a ellos y su valor personal. Crearán su autoconcepto y autoestima a partir de nuestras valoraciones.

Por ello, debemos cuidar especialmente su desarrollo y asegurarnos de proporcionarle una autoestima fuerte. De esto dependerá que sean niños seguros y decididos, ya que todo lo que se consigue en este periodo puede sellar su conducta y su postura hacia la vida en la edad adulta.

Valorar lo positivo para desarrollar una autoestima fuerte

Para que nuestro hijo desarrolle una autoestima fuerte, es necesario valorar todo aquello que hace bien y en lo que destaca. Si no valoramos positivamente sus conductas, no sabrán si estás son buenas o menos buenas y, por tanto, si están o no haciendo bien las cosas.

Esta valoración debe ser diaria, constante y natural. Todos los días hay alguna conducta positiva que potenciar y destacar, incluso aquellos días en los que los niños se han portado peor. Hay que pararse a pensar y analizar el día, seguro que lograremos encontrar algo que destacar.

Si de manera habitual hacemos el ejercicio de encontrar aspectos positivos que valorar y destacar en nuestros hijos, llegará un momento en que se haga de manera natural, estableciendo un estilo educativo basado en el refuerzo positivo.

¿Cuándo hay que elogiar a los niños?

Al niño hay que elogiarle siempre para subir su autoestima. Toda conducta positiva debe ser elogiada. Será el único modo que el niño tiene de saber que eso que está haciendo está realmente bien y que es así como deben comportarse. De hecho, debemos compensar cada reproche con 10 elogios para subir la autoestima a los hijos.

No hay una edad determinada ni un momento específico, sino que todas las edades y todos los momentos son oportunos y adecuados. Los niños con autoestima alta cuentan con una ventaja por encima de todo, que es la felicidad. Son niños más alegres y felices. Por otro lado, se sienten competentes, más seguros de sí mismos y valiosos. Esta seguridad, en un futuro les ayudará a:

– Ser responsables.
– Tener muy claro hacia donde van y qué quieren lograr.
– Confiar más en sí mismos.
– Contar con más fuerza y recursos para luchar y tratar de lograr sus objetivos, así como para resolver posibles dificultades que se les puedan presentar.
– Ser emocionalmente más fuertes.
– Comunicarse con fluidez.
– Saber mantener relaciones sociales más estables y duraderas.
– Ser más optimistas y contagiar ese optimismo a los demás.

La seguridad es fundamental para alcanzar el éxito

Para que se valore a si mismo y se considere capaz de hacer esto y aquello, es primordial que se sienta seguro, aceptado y querido por los que le rodean. Es fundamental que sienta que sus padres le quieren tal como es.

Unos padres excesivamente exigentes pueden lograr que un niño con unas altas capacidades no consiga más que sacar los cursos raspando. Otro más normalito podrá obtener las mejores notas, porque sus padres lo han aceptado tal como es y han orientado sus expectativas hacia aspectos muy concretos de su desarrollo.

El niño necesita comprobar que le quieren por ser él, no por sacar buenas notas o no romper platos. No sería nunca aconsejable que pensara que debe cumplir las expectativas de sus padres para comprar su cariño o confianza.

En cambio, no es malo que las conozca, si son razonables y posibles para él, porque le darán también la oportunidad de luchar y obtener unos éxitos que darán un alegrón a los papás. Si el pequeño se siente querido y aceptado, tendrá una actitud más positiva, será capaz de ponerse metas realistas y, de ese modo, automotivarse para alcanzar otras aún más altas.

¡Puedes con todo!

Nuestro hijo agradecerá y responderá también mucho mejor con un gesto de aprobación y unas palabras de ánimo con el grado justo de reproche, que con cuatro gritos y un castigo rápido e inapelable.

La clave del éxito en la educación de la autoestima de nuestros hijos está en el clima que se establezca con los adultos que le rodean. Mucho más efectivo que levantar la voz o -peor- la mano, es emplear los elogios y la motivación.

Un “¡Tú puedes, campeón!” puede lograr que el niño llegue mucho más lejos de lo que él y nosotros mismos hubiéramos nunca pensado. Esta expresión no debe faltar nunca en nuestros labios. Cuanto más desastre sea el pequeño, más necesitará oír esas palabras de ánimo y, sobre todo, comprobar que nosotros tenemos confianza en él.

Conchita Requero | Hacer Familia

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