Niños

¡A esto temen los niños!

Todos los niños, sin importar su personalidad, sienten temor. Por lo general, los miedos son motivados por las situaciones que viven o cambios bruscos en su entorno. Sin embargo, hay ciertos temores que se manifiestan en la infancia y que la mayoría de niños experimenta. De hecho, los especialistas afirman que los temores aparecen desde el primer año de edad aunque solo hasta los 4 – 6 años el niño lo exprese de forma explícita.

Cuando el niño siente miedo, lo más recomendable es que los padres les hablen sobre los motivos, las emociones y los ayuden a combatirlo para evitar que se convierta en una fobia -es decir, en un miedo irracional- o que su vida cotidiana se afecte a causa del temor.

Los médicos reconocen que en la infancia se presentan miedos comunes en todos los bebés o niños. A continuación enumeramos los más comunes.

Los miedos más frecuentes

Miedo a la oscuridad: los psicólogos y médicos sitúan el origen de este miedo sobre los 2 años de edad. El temor aparece cuando el niño se queda solo en una habitación -conocida o desconocida- y pierde su orientación espacial. Para evitar que este miedo se manifieste, lo más aconsejable es dejar una pequeña lámpara en las noches para que la habitación del niño no quede totalmente a oscuras.

Miedo a los ruidos fuertes (tormentas, fuegos artificiales): Esto es común cuando el niño no ha presenciado nunca un evento con esas características. El miedo emerge como una necesidad inmediata de protección ante el peligro, en el que se hace necesaria la presencia de los padres o cuidadores. Muchos especialistas recomiendan explicar al niño el origen del ruido a través de juegos, cantos o historias.

Miedo a separarse de sus padres o estar solo: normalmente, el miedo a la separación ocurre cuando un suceso cambia la rutina familiar. El niño teme que sus padres no puedan regresar a casa por algún motivo o que se mueran si no están con él. A veces, los padres se sienten abrumados y dejan de hacer sus actividades para que el niño evite la ansiedad que le causa la separación, lo cual es contraproducente. En casos muy extremos, se recomienda una visita al psicólogo.

Miedo a los desconocidos: Este temor surge como una medida de autoprotección que nos traslada a nuestro instinto animal. Si bien los padres enseñan a los niños desde temprana edad que los desconocidos no son personas confiables, el temor puede aparecer cuando los ‘desconocidos’ son amigos de la familia o parientes a los que no visitan con frecuencia. Lo mejor en estas situaciones es explicarle al niño quién es la persona a la que le tiene miedo, qué hace y crear espacios para que se conozcan. Eso sí, con la presencia de alguien conocido.

 

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