Los productos que se introducen como suplemento en la dieta de los más pequeños se conocen como alimentación complementaria. Unos pasos que marcan desde la Asociación Española de Pediatría, AEP, para que los padres puedan conseguir los mejores resultados.
Los hábitos van cambiando con el paso del tiempo, un hecho que no solo se aprecia en los adultos. Desde ya pequeños las rutinas van variando con el pasar de los días, meses y años. Y no solo en las actividades que se realizan, sino también en otras costumbres como por ejemplo la alimentación. Si bien durante los 6 primeros meses de vida los nutrientes llegan a través de la lactancia en exclusiva, poco a poco otros elementos llegan a su dieta.
Definición de alimentación complementaria
Los pediatras definen la alimentación complementaria como el proceso mediante el que se ofrecen al lactante alimentos sólidos o líquidos diferentes a leche materna o de una fórmula infantil como extra y no como sustitución de esta. Los consejos de generaciones anteriores y de otros padres pueden llegar a confundir a los progenitores, ¿cómo debe llevarse el proceso?
Los pediatras recomiendan mantener la lactancia materna de forma exclusiva durante los 6 primeros meses de edad de forma exclusiva. Será a partir de ese momento, añadir de forma paulatina el resto de los alimentos, manteniendo el pecho a demanda todo el tiempo que madre e hijo deseen.
La espera a los 6 meses responde a la necesidad de que un bebé está preparado cuando adquiere las destrezas psicomotoras que permiten manejar y tragar de forma segura los alimentos. Como en todo desarrollo, no todos los niños lo van a adquirir al mismo tiempo, aunque en general estos cambios suelen ocurrir en torno al sexto mes. Algunas señales de advertencia son:
– Un interés activo por la comida.
– La desaparición del reflejo de extrusión (expulsión de alimentos no líquidos con la lengua).
– Ser capaz de coger comida con la mano y llevarla a la boca.
Riesgos de adelantarse
¿Qué puede suceder si los padres adelantan la introducción de la alimentación complementaria antes de los 6 meses? Estos son algunos de los riegos:
A corto plazo:
– Posibilidad de atragantamiento.
– Aumento de gastroenteritis agudas e infecciones del tracto respiratorio superior.
– Interferencia con la biodisponibilidad de hierro y zinc de la leche materna.
– Sustitución de tomas de leche por otros alimentos menos nutritivos.
A largo plazo:
– Mayor riesgo de obesidad.
– Mayor riesgo de eccema atópico.
– Mayor riesgo de diabetes mellitus tipo 1.
– Mayor tasa de destete precoz, con los riesgos añadidos que esto conlleva.
Sin embargo, posponer demasiado la decisión también puede derivar en estas consecuencias:
– Carencias nutricionales, sobre todo de hierro y zinc.
– Aumento del riesgo de alergias e intolerancias alimentarias.
– Peor aceptación de nuevas texturas y sabores.
– Mayor posibilidad de alteración de las habilidades motoras orales.