Desde que nacemos tenemos prácticamente presente a la Canción Infantil y Popular. Toda esa serie de canciones que han traspasado fronteras y han llegado a nosotros por herencia musical. Debemos ser conscientes de todos los beneficios que nos aporta, e implicar a nuestros pequeños al descubrimiento de ella.
Cada uno de nosotros tiene impregnado en su memoria esa canción que nos ayudaba a multiplicar, a memorizar algún concepto, que nos contaba alguna fábula o que simplemente nos ayudaba a compartir y disfrutar de un momento cotidiano con la familia y amigos. Ahora pensadlo; ¿ A qué todavía os acordáis?
Por qué son importantes para el niño las canciones infantiles
El simple hecho de que pasen los años y seamos capaces de recordar una canción infantil ,es de suma importancia. Cuando un niño canta una canción infantil, se siente feliz, intenta comprender el significado de lo que canta, de la historia y de su mensaje.
Además contribuye al desarrollo del lenguaje. Está comprobado científicamente que un niño empieza antes a cantar que a construir frases mediante el habla. Este hecho se debe a que cuando cantamos, utilizamos una parte del hemisferio cerebral diferente al del habla. El izquierdo para el canto y el derecho para el habla. Así pues, si un niño canta ,empieza a construir frases parecidas al lenguaje haciendo que su aprendizaje posterior sea más fácil.
Otro factor a tener en cuenta es el desarrollo del oído interno. Repetir sistemáticamente una misma melodía hace que realicemos un ejercicio de entonación básico y desarrollo del oído.
Las canciones infantiles se basan en melodías sencillas, fáciles de cantar y muy pegadizas al oído. Al añadirle letra a una de ellas, se le da sensación de ritmo y si lo acompañamos con ejercicios de interiorización rítmica ,estamos nutriendo a nuestros hijos de un ejercicio muy completo y enriquecedor además de divertido.
Haz la prueba: ¡Convierte en una Canción infantil todo lo que te rodea! Los niños te lo agradecerán y se lo pasarán en grande mientras aprenden y se llenan de positividad.
Guía Infantil | Yvette Delhom