Cómo educar niños en edad escolar

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Cómo educar niños en edad escolar

Durante la infancia intermedia de su pequeño habrá muchos cambios en la familia. Su hijo es más independiente que antes, puede cuidarse mejor y es más capaz de contribuir con los quehaceres domésticos y otras responsabilidades del hogar. La mayoría de familias descubre que pueden establecer rutinas y en muchas formas la vida parece más organizada. Sin embargo, los pequeños siguen necesitando guía y supervisión de los padres.

Durante los años de la infancia intermedia, los padres tienen dos tareas que son especialmente importantes. La primera es aprender a permitir y alentar a su hijo a que ingrese solo al mundo nuevo de la escuela y los amigos. La segunda es aprender a ser padres a la distancia. Cuando los niños entran a la escuela, los padres pasan menos de la mitad del tiempo que pasaban con ellos antes. Entonces, los padres deben ser más eficientes, más alertas y seguir muy involucrados en las vidas de sus hijos para poder supervisarlos, guiarlos y apoyarlos de forma efectiva.

Durante los años escolares su pequeño puede desarrollar más autoconfianza, superar miedos y dudas de sí mismo, probar los límites de su independencia, buscar modelos a seguir y aprender e interiorizar valores morales y espirituales. Usted y el resto de la familia deben prestar especial atención a las siguientes áreas, que se volverán cada vez más significativas durante esta época de la vida:

Escuela

La escuela asume un papel central en la vida de su pequeño cuando llega a la edad de cinco o seis años y gran parte de su atención y energía se aleja de la unidad familiar y se enfoca en la escuela. Los años de escuela primaria pueden convertirse en una época de inmensa satisfacción y entusiasmo. A medida que aprende a leer y dominar otras destrezas académicas, desarrollará un amor por el aprendizaje y orgullo por sus logros. Esto puede contribuir a su autoestima, no solo gracias a sus logros en el salón de clases, sino también a medida que se separa exitosamente del entorno de casa. En el proceso, su maestro puede convertirse en una fuente de apoyo y un ejemplo importante en su vida.

Sin embargo, para algunos niños, la escuela puede causar frustración y estrés. Las discapacidades del aprendizaje pueden interferir con el placer de aprender. Los malos hábitos de estudio o la falta de motivación pueden crear dificultades académicas. A veces los pequeños tienen una mala relación con sus maestros o pueden sufrir de ansiedad por separación que puede interferir con su asistencia a la escuela.

Para hacer que la educación de su hijo sea lo más positiva y productiva posible, supervise de cerca su progreso académico y adaptación social y conozca a los maestros. Hable con su hijo acerca de lo que está aprendiendo en la clase y qué siente de ir a la escuela. Anímelo a que demuestre las nuevas destrezas que aprenda y las practique con usted. Supervise las tareas escolares (pero no las haga usted) y asegúrese de que se prepare bien para los exámenes. Limite la cantidad de televisión que ve y anímelo a que lea, escriba y se exprese creativamente a través de pasatiempos y deportes. Si él (o el maestro) reporta algún área problemática, hable abiertamente con el personal de la escuela e intente determinar la mejor forma de ayudar a su pequeño a superar las dificultades. Consulte con el pediatra para que le dé sugerencias para resolver estos problemas.

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Amistades

Por más importante que sea la familia para su hijo, los amigos y conocidos se volverán cada vez más importantes durante la infancia intermedia. Pasará más tiempo con sus compañeros, tanto dentro como fuera de la escuela. Estos compañeros de juego le harán compañía y su pequeño probablemente se preocupará por que los amigos lo acepten socialmente. Sentirá una necesidad fuerte de pertenencia (ser igual que los otros) y reconocimiento (que lo consideren único).

La familia también tendrá que lidiar con el estrés asociado a las relaciones de su hijo con los compañeros. Eventualmente podría tener conflictos con los amigos, lo cual puede menguar su autoestima. Talvez lo excluyan de un círculo al cual realmente quiere pertenecer, lo que le causará tristeza y soledad.

Durante estos años, vigile la selección de amigos de su hijo y supervise, pero no interfiera, con sus actividades de juego. Preocúpese por conocer a los padres de los amigos y comparta con ellos sus observaciones sobre las actividades de los niños. Ofrezca apoyo, comprensión y guía a su hijo cuando surjan problemas en las relaciones con sus compañeros. Cuando haya conflictos, intente entender cómo se siente su hijo al respecto y lo que él ve como los factores que contribuyen al problema. Luego discutan cómo el otro niño podría ver el problema y juntos busquen formas para resolver el conflicto. Al mismo tiempo recuerde que la familia no puede resolver cada una de las dificultades con los compañeros; por ejemplo, no puede correr al parque de recreo e intervenir siempre que surja un conflicto. Aun así, puede brindar apoyo y guía, transmitiendo sus propios valores y expectativas.

Actividades externas

Durante la infancia intermedia, su pequeño se interesará por varias actividades externas, que van desde deportes a Scouts, hasta lecciones de música y clubes. Muchas de estas actividades requerirán que la familia se comprometa en términos de tiempo y, en algunos casos, dinero. También pueden requerir paciencia y tolerancia de los padres mientras los niños experimentan con diferentes programas antes de encontrar los que prefieren.

En general, la familia (particularmente los padres) deben tener la disposición de apoyar al niño con recursos, estímulo, supervisión, transporte y, a veces, participación directa.

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