A medida que el niño crece, nuevos habilidades comienzan a manifestarse en el bebé y los términos que hacen referencia a ellas, se vuelven parte del vocabulario cotidiano entre padres y cuidadores. Y hablar sobre motricidad fina no es la excepción, pues usualmente se habla sobre las capacidades y la importancia de la motricidad pero sin hacer distinción alguna.
Por eso, cuando los niños comienzan a interesarse por su mundo cotidiano o entran a la escuela, los primeros años están enfocados en ciertos aprendizajes que necesitarán para aprender a escribir, contar y leer. Dentro de estos se encuentra la motricidad fina, necesaria para aprender los movimientos de la mano y dedos desde los más simples hasta los más complejos.
De acuerdo con los especialistas, estas habilidades se perfeccionan durante toda la vida así que no deberías preocuparte si notas que tu niño no es tan ágil con sus manos. Sin embargo, hay actividades y juegos que ayudan a desarrollar la motricidad fina con más facilidad.
Ejercicios por edad
Las actividades dependen de la edad del niño. A continuación presentamos las posibilidades más comunes para incentivar la motricidad fina. Por supuesto, no son las únicas. Los ejercicios son variables y dependen de la imaginación de los padres, maestros y cuidadores.
0 a 12 meses: empujar pelotas, darle sonajeros al bebé para que los sujete, meter o sacar cajas, estripar objetos.
1 a 3 años: entregarles juguetes para armar y reconocer formas, salir al parque y subirlo al pasamanos, permitirle ejercicios de agarre. Otra alternativa es darles crayones o lápices y hacer que coloreen y escriban. Además, se ha comprobado que la motricidad fina depende de la motricidad gruesa así que es conveniente permitirle correr, bailar y vigilar su postura.
3 a 5 años: el juego con plastilinas y masas es fundamental. Aprovechar tiempo en la cocina con mamá o papá para hacer recetas fáciles entre ambos, recortar y arrugar. Es importante revisar cómo toma los lápices pues en estas edades el niño aprende a escribir. Los libros con planas para hacer formas o escribir pueden servir para la motricidad fina si no se obliga al niño a hacer los ejercicios.
