¿Cuál es la mejor manera de manejar a un niño “difícil”?
A continuación hay algunas estrategias y soluciones generales para ayudarle a vivir con un hijo con rasgos de un temperamento difícil:
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Primero, reconozca cuánto del comportamiento de su hijo es un reflejo de su temperamento.
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Establezca un clima neutral o emocional objetivo en el cual puede tratar con su hijo. Intente no reaccionar de manera emocional e instintiva, lo cual es poco productivo.
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No tome el comportamiento de su hijo como afrenta personal. El temperamento es innato, y su hijo probablemente no intenta ser difícil o irritante a propósito. No le culpe a él ni se culpe usted mismo.
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Intente darle prioridad a los asuntos y problemas que rodean a su hijo. Algunos son más importantes y merecen mayor atención. Otros no son tan relevantes y se pueden ignorar o colocar en al “final de su lista” de prioridades.
- Enfóquese en los asuntos del momento. No se proyecte al futuro.
- Revise sus expectativas de su hijo, sus preferencias y sus valores. ¿Son realistas y apropiadas? Cuando su hijo hace algo correctamente, elógielo y refuerce los comportamientos específicos que le gustan.
- Tenga en cuenta su propio temperamento y comportamiento y la manera en que también pueden ser difíciles. Piense la manera en que podría necesitar adaptarse un poco para motivar una mejor relación con su hijo.
- Anticipe las situaciones inminentes de alto riesgo e intente minimizarlas. Acepte la posibilidad de que pueda ser un día o una circunstancia difícil y esté preparado para sacar lo mejor de este día o circunstancia.
- Encuentre una manera para relajarse y relajar a su hijo al programar un tiempo separados/distanciados.
- Busque ayuda profesional, cuando sea necesario, de parte de su pediatra u otro experto en comportamiento infantil.
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