a relación entre abuelos y nietos es especial. Y realizar juntos estas actividades contribuye a estrecharla aún más.
Amor, complicidad, ilusión, comprensión… Son muchas las palabras que definen la relación que existe entre nietos y abuelos. Porque estos, además de ser la base de la familia (y, en muchos casos, una ayuda fundamental para los padres en el día a día con sus hijos) tienen un papel muy especial en la vida de los niños.
Fortalecer el vínculo entre ellos tiene muchos beneficios para los adultos, que descubren una nueva ilusión, y para los nietos, que encuentran en ellos a sus aliados incondicionales. ¿Cómo lograrlo? Favoreciendo el contacto, aprovechando y creando oportunidades para que pasen mucho tiempo juntos.Y, en la medida de lo posible, animándoles a que realicen actividades como estas que te proponemos.
Galletas, bizcochos, platos tradicionales…Muchas abuelas y abuelos tienen recetas riquísimas, de esas que nunca se olvidan. Prepararlas junto a sus nietos ayuda a estrechar el vínculo que los une y se convierte en una manera estupenda de compartir tiempo y conversaciones.
Aprender canciones, rimas o trabalenguas, así como juegos que eran habituales durante la infancia de los abuelos, divertirá mucho a los nietos. Seguro que después de jugar a las chapas o a las canicas, o de tocar algún instrumento juntos, descubren lo bien que se lo pasaban los abuelos cuando tenían su edad.
No hay nada que guste más a un niño que descubrir que sus padres también fueron pequeños y también hicieron travesuras. Saberlo le une más a ellos, y aquí tienen un papel esencial los abuelos, que al contar las anécdotas crean una complicidad especial entre las tres generaciones.
Además de anécdotas familiares, muchos abuelos recuerdan cuentos tradicionales tal y como los contaban en su infancia. Al niño le fascinará oírlos. Otra opción es hacer la “hora del cuento”, con el abuelo leyendo un cuento al nieto… ¡y a ver cómo se las arregla para mantener su atención!
Imágenes de los años en los que el niño aún no había nacido o era todavía bebé, de momentos vividos en familia, de algún viaje inolvidable… Al niño, realizar este recorrido fotográfico junto a su abuelo y escuchar sus comentarios le aporta seguridad, sentimiento de pertenencia y sensación de continuidad. Y para el abuelo es un viaje de vuelta al pasado que le ayuda a recordar anécdotas, situaciones felices… y a compartirlas con su nieto.
El parchís, el dominó o las cartas son juegos ideales para pasar la tarde, y tienen la ventaja de que los abuelos están familiarizados con ellos y pueden enseñar a sus nietos trucos y formas de jugar. Otra cosa es que les dejen ganar… cosa que, probablemente, ocurra siempre (o casi siempre).
Pasear lentamente por la playa o el campo, hacer juntos ejercicios sencillos para mantener activos brazos y piernas… será una excusa perfecta para compartir momentos, divertirse y cuidar juntos de su salud.
Los niños no suelen entender muy bien que, antes de que ellos llegasen, sus padres tenían una vida totalmente distinta. Es todo un descubrimiento saber que sus padres fueron jóvenes, se conocieron y se enamoraron. Y nadie mejor que un abuelo o una abuela para hablar de aquellos años.
Descubrir sus películas, jugar con ellos a la tablet, dejar que les enseñen utilidades de las nuevas tecnologías… para los abuelos es un soplo de aire fresco, que revitaliza su mente y les une a sus nietos. Y para estos, descubrir que sus abuelos se interesan por lo que hacen y pueden incluso aprender de ellos es un motivo de alegría y una inyección de autoestima.
Fuente: Crecer Feliz