Los trastornos que más comúnmente afectan a los niños pueden manifestarse a través de erupciones en la piel, casi siempre color rojizo y pueden aparecer de forma súbita.
Causada por el virus Varicela-Zoster, de la familia de los herpes. Se caracteriza por la aparición de vesículas, que en un principio contienen un líquido claro que luego adquieren un color amarillento. Al pasar unos días las mismas se rompen y queda una costra. Aparecen en la cabeza y tronco y algunos casos fiebre alta.
Es causada por un virus de la familia de los Paramixovirus y suele aparecer en la parte interior de la boca, las mejillas y el paladar. Más tarde, se extiende a la cara y el cuello. Pueden aparecer las típicas lesiones: pápulas rojas y levantadas que producen prurito. También puede provocar tos, fiebre y dolor muscular.
La rubéola está causada por un virus (Togavirus) y se caracteriza por lesiones en la piel de color rosado, que suelen aparecer primero en la cara, detrás de las orejas y el cuello, pero al pasar las horas se extienden al tronco.
Virus que pertenece al grupo de los Paramyxovirus. Se contagia a través de la tos y los estornudos y se presenta con un agrandamiento de las glándulas parótidas, que se encuentran debajo de la mandíbula. Más allá inflamación, puede dar dolor de cabeza, fiebre y dolor de garganta.
Conocida como un resfriado común, generalmente tiene una causa viral, y es más usual durante los meses de otoño e invierno o cuando el niño comienza acudir a un centro de cuido. Suele producir síntomas como: rinorrea, congestión nasal, fiebre y tos, esta última puede persistir algunos días más.
Suele tener una causa bacteriana y también provoca tos, congestión nasal y rinorrea, aunque la fiebre suele ser alta y se aprecia un enrojecimiento de la garganta, casi siempre debido a la presencia de pus en las amígdalas.
Infección bastante común en los niños de menos de tres años. En la mayoría de los casos se debe a una bacteria, pero también puede estar causada por un virus. Los síntomas más comunes son el dolor en el oído afectado, la fiebre y, curiosamente, la diarrea, sobre todo en niños pequeños.
Esta enfermedad es común en los niños de 1 a 5 años. Se suele transmitir a partir del contacto con otros niños, en las guarderías o en la escuela. Suele provocar unas diarreas de carácter crónico que se extienden durante varias semanas. Otros síntomas son: inapetencia, náuseas, gases o distensión abdominal y fiebre baja.
Se estima que un 3% de las niñas y un 1% de los niños sufren este problema durante sus primeros años de vida. La bacteria E. coli es laå que origina la cistitis, pero no la única. En este caso, los síntomas más típicos son: escozor al orinar o tener ganas continuas de ir al baño. A veces puede aparecer fiebre e inapetencia.