Niños

6 razones por las que los niños no quieren estudiar (y qué hacer al respecto)

Los padres debemos motivar a nuestros hijos para que vean que estudiar no es aburrido

Son muchos los padres que se preguntan por qué a sus hijos no quieren estudiar. No es fácil responder a esta pregunta y la solución no suele ser la misma para todos los casos. Cada niño se desarrolla a un ritmo diferente; de este modo cada pequeño cuenta con diferentes características. A esto se le suma que los niños crecen en distintos entornos donde la familia, sus iguales (otros niños) y los profesores influyen también en su comportamiento.

Y por qué los niños no quieren estudiar

Por tanto, las razones por las que el niño no quiere estudiar pueden ser numerosas. Entre ellas:

1. Dificultad de aprendizaje
Algunos pequeños pueden tener problemas para aprender o retener información de tal manera que puedan seguir con el ritmo de la clase. Esto puede deberse con problemas de atención.

2. Dificultades en la asignatura
Otras veces puede haber dificultades sin necesidad de que el niño tenga problemas en su desarrollo. Puede que no entienda la materia de algunas asignaturas y esto dificulte su estudio.

3. Baja autoestima
La frustración y las inseguridades aparecen en escena. El no entender lo que se tiene que estudiar y ver que otros si lo hacen puede llevar a que el niño se sienta inferior y su forma de afrontarlo al no tener las ‘herramientas’ adecuadas sea la de mostrar falta de interés.

4. Problemas familiares
Cuando ocurre algo en casa, los niños se ven muy afectados. Se presencia violencia, hay una separación dura, se da alguna enfermedad, etc. Son factores que afectan a los resultados escolares ya que los niños cuentan con una ‘sensibilidad’ que les hace saber cuándo las cosas en su entorno no van bien.

5. Sufre bullying
El bullying es un fenómeno cada vez más común en los colegios. Este tipo de situaciones de acoso y de carácter violento hace que el niño sufra problemas emocionales como tristeza o miedo. Este tipo de emociones dificultan que el pequeño pueda centrar su atención en estudiar.

6. Falta de motivación
Y, por último, la razón más frecuente por la que los niños no quieren estudiar. Si no se sienten motivados para aprender, no van a esforzarse en hacerlo. Y ese suele ser el problema. Los pequeños ven el estudio como algo que es aburrido. Entonces, ¿qué papel desempeñan los adultos para que esto ocurra?

Cómo podemos motivar a los niños para que estudien

La mayoría de las veces los pequeños se niegan a estudiar porque es una actividad que se plantea como aburrida. Por tanto, se necesita todo lo contrario para conseguir que los niños estén motivados.

Desde que son pequeños los niños muestran interés y asombro por el aprendizaje. El problema viene de las respuestas que reciben de su entorno. Desde la familia y en el colegio el aprendizaje del niño se debe plantear como algo que haga que los pequeños se cuestionen las cosas, que vean más allá del objeto, se planteen cómo funcionan las cosas.

El objetivo será hacer ver a los niños que aprender es positivo y apasionante. Para hacerlo existen infinitas técnicas. Entre ellas, consideramos que es importante:

– Premiar el esfuerzo
Hay que recalcar los momentos en los que se esfuerza y se pone a estudiar o hacer sus tareas. Por el contrario, hay que dejar de lado los castigos y las riñas cuando no lo hace. Es decir, utilizar el refuerzo positivo.

– Implicación en sus ‘cosas’
Los padres deben interesarse por sus clases, exámenes, etc. Pero cuidado, interesarse no es estar más pendiente de sus cosas que ellos mismos. Los padres son un apoyo, no los secretarios de sus hijos.

– Expectativas reales
Los padres deben de hacer ver a sus hijos que tienen expectativas sobre ellos pero que son reales. Es decir, fijan unos objetivos que son alcanzables. Ir consiguiendo estas metas irá motivando cada vez a los niños.

Nunca debes obligar a tu hijo a estudiar

No es muy apropiado obligar a los niños a estudiar. Lo que mejor es que haya un equilibrio para que crezca en los niños el deseo de aprender. Por tanto es importante que los niños puedan disfrutar de:

– El aburrimiento. Fomenta su curiosidad y ayuda al desarrollo de su creatividad e imaginación.

– Del deporte. Le ayudará a liberarse del estrés que acumula durante todo el día de clases. Será bueno para luego poder continuar con el estudio desde casa.

– De sus amigos. Relacionarse con iguales será bueno para sus relaciones sociales y liberarse del estrés.

Además es importante que los adultos no desempeñen un papel que no les corresponde como:

 Hacer los deberes por los niños y resolver los problemas de sus hijos. Hay que dejar que ellos lo hagan por sí mismos.

– No forzar el aprendizaje. Dejar que los niños vayan sacando las asignaturas y las tareas a su propio ritmo de desarrollo.

– No abusar del refuerzo positivo y de la recompensa. Dicho de otro modo, para recompensar no hay que basar el refuerzo en una recompensa material y sí en el elogio. Hacer que la motivación del niño para estudiar sea intrínseca.

Guía Infantil | Borja Quicios

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