Las 4 principales razones por la que los niños sufren estrés

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Las 4 principales razones por la que los niños sufren estrés

12 meses, 12 retos familiares. Cómo evitar el estrés en la familia

Cuántas veces hemos querido los adultos volver a ser niños para correr por el parque y para jugar sin parar. Los niños no tienen por qué preocuparse por pagar la hipoteca a fin de mes o por entregar el informe que el jefe ha pedido a última hora del viernes. Los niños no tienen estrés o… ¿quizás sí y los padres no somos conscientes de ello? Durante el V Encuentro #ConectaConTuHijo, Úrsula Perona, psicóloga infantil y divulgadora, nos habló del estrés infantil y nos contó las principales razones por las que los niños sufren estrés.

La parte positiva y negativa del estrés

Muchos padres, erróneamente, pensamos que el estrés es algo de adultos. Por desgracia, el estrés no es algo exclusivo nuestro, los niños también sufren estrés.El estrés es un estado que implica mente y cuerpo y que está presente en el ser humano desde el nacimiento. El estrés es la respuesta de nuestro organismo ante una situación que percibimos como demasiado exigente para nosotros, que nos vemos sin recursos para afrontar.

No es malo, ya que nos moviliza para afrontar un desafío. Por ejemplo, si tenemos un examen final y no sentimos estrés, difícilmente nos movilizaremos para estudiar. Ahora bien, el estrés garantiza que nos pongamos las pilas y dediquemos ese esfuerzo final para aprobar el examen.

Sin embargo, el estrés adaptativo, el ‘bueno’, se da en momentos puntuales que exige mucho de nosotros, pero no estamos diseñados para experimentar estrés continuamente, que es lo que sucede hoy en día: estamos estresados a diario, o durante varios momentos al día.

Señales que nos alertan de que nuestro hijo sufre estrés

Según nos explica Úrsula Perona, hay ciertos indicadores que podemos detectar en nuestros hijos para saber si están sufriendo estrés. 

– Cambios en la conducta
A nivel de comportamiento, puede haber cambios importantes, por ejemplo, que se muestran más irritables, más nerviosos, con exceso de movimiento, un poco hiperactivos… ‘Es algo parecido a lo que nos pasa a los adultos, que cuando estamos estresados cualquier comentario nos sienta mal y nos molesta’, explica Úrsula.

– Alteraciones en el sueño infantil
A los niños pequeñitos el estrés también les afecta a la hora de irse a la cama: demoran el momento de acostarse, están demasiado activos, no quieren dormir o empiezan a tener despertares durante la noche.

– Variaciones en el comportamiento
Las situaciones de estrés hace que los niños que habitualmente se comportan bien transformen su actitud. Están contestones, no obedecen, se rebelan… 

– Señales físicas
Hay muchos niños que manifiestan el estrés en el cuerpo, por ejemplo, a través de brotes atópicos en la piel, problemas gástricos o dolores de cabeza.

– Situaciones de retroceso
Por otro lado, existen casos de niños que pueden volver a hacerse pis en la cama o que sacaban muy buenas notas y empiezan a perder la concentración. 

Razones que explican por qué los niños sufren estrés

Se han hecho muchos estudios intentando averiguar qué hay detrás del estrés infantily descubrir los factores y las causas de esta situación en niños tan pequeños. Entre los principales estresores infantiles estarían: 

1. Exceso de deberes y extraescolares
Por desgracia, en esta sociedad, los niños están sobrecargados de tareas, de horarios excesivamente largos (después de su jornada escolar, muchos continúan con extraescolares y, después, además tienen que hacer deberes). Son días demasiado extensos y, a menudo, sin descanso o interrupciones.

2. El estrés de los padres
Quizás esta sea la razón que menos nos gusta escuchar, pero cuando a un niño se le pregunta qué le estresa, muchos dicen que sus propios padres. Sin querer, los adultos trasladamos el estrés a los niños: estamos agobiados, siempre vamos con prisa y nos mostramos muy nerviosos. No hay que olvidar que los niños son como esponjitas que asimilan nuestro estado.

3. Situaciones que viven fuera de casa
Por suerte para los padres, ¡no todo depende de nosotros! Existen estresores externos, como los problemas que puedan estar sufriendo fuera de casa en el colegio o con los amigos. 

4. Nuevas tecnologías
Se trata de un elemento relativamente reciente: las nuevas tecnologías. Es un factor de estrés para los niños estar hiperconectados siempre; también lo es el acceso demasiado temprano que tienen a las redes sociales, donde empiezan a preocuparse por temas que son, tradicionalmente, más de adultos, como puede ser la imagen corporal, las modas, los likes…

Si vemos que nuestros hijos están estresados o en general el clima familiar, lo mejor es pararnos a analizar qué puede estar pasando y qué puede haber detrás de esta situación:

– Si el estrés está relacionado con los padres, deberíamos abordar nuestro propio estrés, y es que como dice Úrsula Perona, ‘si no estás bien, no puedes educar bien’. A veces nos volcamos tanto en la crianza, que desatendemos nuestras propias necesidades y, de ahí ,viene el estrés que les pegamos a los niños, además de la impaciencia que mostramos a la hora de educar. ¡Preguntemosnos qué podemos hacer para cambiar eso y aprendamos a relativizar y a ser más flexibles! Tenemos una vida entera para educar, porque uno nunca se retira de ser padre o madre.

– En cuanto al tema de los deberes y las extraescolares es tarea de todos ser conscientes de que nuestros hijos están inmersos en un sistema educativo que requiere demasiado de ellos. Deberíamos racionalizar los deberes, porque no tiene sentido y ninguna eficacia sobresaturar a los niños con tareas y deberes después del colegio. Algo está fallando y es tarea de todos reflexionar y hacer lo posible por cambiar esto.

– ‘Como profesores tenemos que ser realistas en el tiempo que van requerir las tareas que les ponemos a los niños. A los padres les digo que deben estar en comunicación frecuente con el colegio, transmitir las dudas o cómo vemos a nuestros hijos a los profesores, ¡que haya comunicación y coordinación!’, comenta Úrsula. 

– Otro aspecto importante: organizar y planificar el tiempo de las tardes para que haya posibilidad de descanso y juego al aire libre, y luego un rato para los deberes. Darle la posibilidad de ‘desconectar’ y recargar pilas antes de los deberes. Erróneamente algunos papis ponen a los niños a hacer tareas nada más llegar, y después de 6/8 horas en el colegio el niño necesita descansar. También poner un límite temporal: no por dedicar horas y horas al estudio, este es más efectivo.

– Como padres, debemos enseñarle a que identifique ese estrés y a controlarlo.Por ejemplo, podemos prepararle un rincón mágico o un lugar libre de estímulos y con poca luz, y dentro le ponemos sus cositas: cojín, algún juguete, auriculares para escuchar música… Cuando el niño se encuentre estresado, ¡ese será su refugio!

– También podemos realizar técnicas de relajación, como enseñarle a respirar de manera consciente para tranquilizarse. Vamos a tener que proporcionarle varias herramientas para que él pueda elegir en cada momento qué técnica utilizar, porque le puede pasar en el colegio o en casa.

– Algo que funciona muy bien con los niños es dibujar y es que, en la mayoría de los casos, los niños no saben expresar sus emociones y a través de sus creaciones artísticas podemos averiguar qué le pasa o, al menos, intuir algo. Con el simple hecho de que nos cuente esa emoción, el niño ya la está canalizando, ya no se la está guardando. El niño se abre y se expresa, y eso ya es curativo.

– Con el tema de las nuevas tecnologías, los padres debemos ser conscientes de que la responsabilidad es nuestra. ‘Antes de los 12 años, yo no recomiendo ni móvil ni redes sociales. Es cierto que no podemos aislarnos, pero sí que debemos, como padres, poner unos límites de cuál será el uso que se haga de los distintos dispositivos, así como tener control de acceso y hablarle de los peligros que hay en la red a la hora, por ejemplo, de exponer sus fotos’, explica esta psicóloga.

Guía Infantil | Lidia Nieto

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