Dar regalos emocionales a los niños es fundamental. Muchos padres consideran que sus hijos sólo merecen regalos físicos como juguetes, aparatos tecnológicos o ropa.
Sin embargo, “los expertos recomiendan que se le dé prioridad a los regalos emocionales, aquellos que hacen perdurar el sentimiento y el amor que existe entre padres e hijos”.
Piensa en ¿cuánto tiempo le has regalado? ¿Cuánto tiempo de más has estado con él o ella? ¿Cuánto tiempo de aprendizaje mutuo han vivido?
Comparte con tu hijo nuevos juegos, sensaciones y formas de ver el mundo. Interésate por sus gustos o molestias. Hazle saber que puede contar contigo y que siempre le serás de apoyo.
Míralo (a), no le digas nada y sonríele, ya verás que algo bueno va a pasar.
Debemos abrazarnos más. Abrazarse no es estar entre los brazos de esa persona, es juntar los corazones.
Déjale una nota agradable que él o ella puedan leer. Demuéstrale con palabras lo mucho que lo amas y cómo ha cambiado tu vida. Exprésale todo lo que te ha enseñado y lo importante que él es para ti.
Los actores de teatro dicen que el aplauso engancha, que una vez que lo has probado necesitas más, quizá nuestros hijos no lo necesitan porque todavía no han probado lo maravilloso que es una aplauso. Así que ¡APLAUDE!