Por: Redacción Pediatría y Familia
Si eres una mujer que acaba de dar a luz, en primer lugar te felicitamos por la llegada de tu bebé. Pero, en segundo lugar, como sabemos que tienes algunas dudas por resolver -especialmente sobre el cuidado de tu pequeño-, entre ellas muchas preguntas sobre el proceso de lactancia. Y aunque los médicos tratantes, parteras o enfermeras siempre nos entregan sus mejores pautas de cuidado y atención, en este artículo presentamos cómo debes cuidar de tus senos, en caso de que optes por alimentar a tu bebé de forma natural.
Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer se adapta para que el bebé crezca adecuadamente. Los órganos cambian su posición y los senos se preparan para producir la leche que alimentará al pequeño. Por eso, es totalmente normal que se sienta dolor, los senos aumenten su tamaño y se vuelvan mucho más sensibles. Debido a que es un área corporal en la que el bebé va a tener contacto directo, conviene seguir estos 3 tips de cuidado para que la lactancia la disfruten ambos.
3 aspectos para tener en cuenta:
Usa sujetadores especiales para lactancia: este tipo de sujetadores están pensados para brindarle a la mujer, toda la comodidad posible. Asesórate para que uses siempre la talla correcta y así evites dolores de espalda, dificultad a la hora del pecho, entre otras.
Evita los jabones fuertes para lavar tus senos: los senos durante la lactancia también se vuelven muy delicados. Si bien la higiene es importante, ten en cuenta que utilizar jabones fuertes puede resecar tu piel, agrietar tus pezones e incluso, hacer que el bebé también sienta molestias a la hora de comer.
Humedece tu pezón luego de cada toma: la leche materna contiene propiedades cicatrizantes y antibacteriales. Por eso, durante el inicio de la lactancia -cuando los pezones suelen agrietarse- conviene después de cada toma, humedecerlos con un poco de leche y dejarlos secar al aire libre.
