La llegada de un niño supone hacer muchos sacrificios. No solo a nivel económico con todos los gastos que hay que asumir, también hay que invertir mucho tiempo en el cuidado y en ocasiones estas horas son las que antes se destinaban a dormir. Pero, ¿quién sacrifica más descanso y lo destina a atender al bebé? Un estudio reciente señala que es la madre quien más se priva del sueño.
Por su parte los hombres apenas sacrifican horas de sueño por las noches para cuidar de sus hijos. Esta es la conclusión a la que ha llegado la Academia Americana de Neurología después de analizar cómo afecta al descanso de ambos padres tras la llegada de un niño al hogar justo después de que éste haya recibido el alta hospitalaria.
Madres agotadas
Para llegar a esta conclusión, este organismo ha realizado una encuesta telefónica en la que han participado 5.805 personas que han contestado a preguntas relacionadas con el descanso que tenían. Este estudio también trató de averiguar quién era el que se encargaba del cuidado y de la atención a los más pequeños cuando sucedía algún problema durante la noche.
Tras realizar esta encuesta, se comprobó que la principal causa de la falta de sueño de mujeres en menores de 45 años es la llegada de un bebé a casa. A mayor número de niños, mayor es la probabilidad de que aumente la privación del descanso en las mujeres. La principal consecuencia de esta situación es que las madres arrastran todo este cansancio durante el día.
Los responsables de este estudio también señalaron que ningún otro factor explicaba esta sensación de fatiga como lo hacía la llegada de un bebé. Ni siquiera el cansancio producido después de realizar alguna actividad física. Sin embargo, en el caso de los hombres el cuidado de un bebé no tenía ningún efecto sobre su descanso.
Importancia del padre
El padre es una de las figuras que más importa dentro del desarrollo del niño. Al igual que la madre, debe implicarse en su cuidado y atención. De hecho, el papel del padre en esta tarea es muy importante por los siguientes motivos:
– Todos los niños y niñas necesitan desarrollar su identidad sexual y para ello necesitan una figura masculina y una figura femenina que puedan transmitirles el rol masculino y el rol femenino.
– La figura paterna tiende a interactuar de manera diferente a la figura materna, según diferentes estudios. Ambos modos de interacción se complementan haciendo posible una riqueza de vivencias y de experiencias cruciales para los pequeños.
– La interactuación con la figura del padre tiende a desarrollarse a través del juego activo,que permite explorar y aprender. Es un modo de interacción que favorece el desarrollo y que ayuda a fortalecer el vínculo afectivo.
– El padre se convierte en el hombre más admirado por sus hijos e hijas, en su superhéroe particular. Es por ello que como padres, se ha de prestar atención a este listón tan alto: el de la mirada de los hijos e hijas.
– La figura paterna ayuda a establecer el equilibrio en la relación de la madre con los hijos e hijas. Al igual que la figura materna contribuye al equilibrio en la relación con el padre.
– La ausencia, rechazo o insuficiente relación con la figura paterna tiene consecuencias negativas en el desarrollo de los niños y niñas (inseguridad, ansiedad, estrés, etc.).
Damián Montero
Más información en el libro: Corazón de padre, de Osvaldo Poli.