Poder pronunciar la ‘R’ de manera adecuada marca uno de los momentos más importantes durante el aprendizaje del lenguaje en los niños, puesto que es una de las letras más difíciles de adquirir y, por ello, es una de las últimas en aprender a pronunciar.
Sin embargo en muchas ocasiones los niños no consiguen hacerlo de manera satisfactoria, esto puede ser causado por el ‘rotacismo’, que en palabras sencillas es un trastorno del habla, en donde el niño sustituye el sonido de la ‘R’ por otro sonido como el de las letras ‘D’, ‘L’, ‘G’ o sin reparo alguno simplemente lo omite.
Sin embargo el no pronunciarla correctamente no debe considerarse algo preocupante sino hasta que el niño tiene 5 o 6 años.
Ahora bien, si detectas que tu hijo tiene dificultades de pronunciación y tiene de 5 a 6 años, debes buscar ayuda profesional lo antes posible, que en este caso es un logopeda. Puesto que cuanto más tarde se empiece la rehabilitación, más tiempo se necesitará para obtener un resultado satisfactorio.
No dudes en visitar al logopeda
El logopeda como primer paso realizará una exploración de los órganos bucofonadores del niño para comprobar que a nivel físico no hay nada que impida la correcta pronunciación del fonema, como podría ser un frenillo corto o un un paladar ojival por ejemplo. Posteriormente evaluará el habla del niño para ver qué tipo de sonido está afectado. Es posible que si este trastorno existe el niño también presente problemas para asociar el fonema ‘R’ con su grafema correspondiente. Es decir que el niño probablemente sustituya el sonido ‘r’ por el sonido ‘l’ y a la hora de escribir ‘perro’ escriba ‘pelo’, ya que para él suena de esa forma.
A nivel físico se puede encontrar un frenillo corto o un paladar ojival (estrecho y elevado) que impide que la lengua apoye sobre el paladar para la correcta pronunciación del fonema.
También puede haber falta de tono muscular en los órganos bucofonatorios (lengua, labios, maseteros, entre otros)”.
A nivel funcional, es posible que falte fuerza, control, o bien direccionalidad del soplo o, tal vez, una inmadurez a la hora de adquirir el fonema.
Ahora bien, el logopeda identificará el origen del trastorno, enseñará al niño a pronunciar y discriminar correctamente el sonido y recomendará un tratamiento de una o dos sesiones a la semana; estas sesiones probablemente vayan acompañadas de algunos ejercicios simples para hacer en casa.
Después de esto la gran mayoría de los pacientes suele lograr una correcta pronunciación de la ‘R’. Sin embargo no hay que perder de vista que cada niño es un mundo diferente y que todos tendrán tiempos distintos de aprendizaje, por ello es importante que los papás entiendan que el niño necesita paciencia y compresión.
