El miedo de los niños por probar nuevos alimentos, para algus especialistas, es un reflejo primitivo de protección que se manifiesta principalmente en niños entre los 2 y 6 años y en muy pocas veces se prolonga hasta la vida adulta.
Generalmente el rechazo se genera hacia frutas, verduras, pescados y otros alimentos que contienen nutrientes especiales para el menor, por lo que supone, en la mayoría de los casos temor por la correcta alimentación y desarrollo del menor.
Con frecuencia, los factores que generan rechazo en los niños suele ser el olor, la textura, el color, el sabor o alguna connotación negativa o trauma previo durante el consumo de este anteriormente. Es importante mantener la calma y tener paciencia, pues se recomienda no obligarles a comer para evitar más rechazo o que vea la alimentación como algo malo.
Puede presentarse como respuesta a un instinto de supervivencia que todos tenemos. Todos los seres vivos, humanos y animales, se muestran recelosos hacia las experiencias nuevas porque podrían suponer una amenaza para su integridad física. En pocas palabras, podemos entenderlo como un mecanismo de defensa para evitar intoxicaciones y más complicaciones derivadas de la alimentación.
Sin embargo, puedes seguir estos consejos para sobrellevar y superar la situación de forma exitosa.
Bríndale a tu hijo todo el apoyo necesario y el acompañamiento que requiere en la etapa de crecimiento. La paciencia es importante, pero también la comprensión.