La disquecia es uno de los trastornos infantiles más frecuentes relacionados a la evacuación de desechos del organismo. Por lo general, se presenta con llanto, gritos, enrojecimiento facial y nerviosismo.
Estos síntomas llevan a confundir este trastorno con otras afecciones intestinales que suelen mejorar con un pujo constante y finalmente la deposición, sin embargo, la disquecia puede ser consecuencia de una inmadurez del sistema excretor, de manera que, en la mayoría de los casos, las molestias desaparecen obedeciendo a una maduración necesaria del mismo.
Asimismo, se puede presentar cuando hay un fallo de coordinación en la musculatura que se activan a la hora de la defecación. Generalmente, cuando el intestino del bebé está lleno y a punto de ser evacuado, no hay una relajación del esfínter anal que permita la salida de las heces. Los esfínteres se encuentran cerrados de forma natural evitando así escapes involuntarios, y en algunos casos lograr relajar y coordinar estas estructuras musculares puede tomar más tiempo de lo normal.
La disquecia se conoce coloquialmente como el falso estreñimiento, debido a la similitud de sus síntomas, sin embargo los especialistas son enfáticos en distinguir las diferencias: