Los recién nacidos inician su búsqueda del mundo con el tacto. Este es uno de los primeros sentidos que se desarrolla, ya que le permite reconocer a su madre y entender poco a poco en qué lugar se encuentra. Por eso, desde el momento del nacimiento los pequeños cuentan con más de 5 millones de receptores en sus pequeñas manos, todo esto para cumplir con el propósito de conocer el mundo.
Sin embargo, no todos los bebés pueden disfrutar de estos instantes. Algunas mamás deciden ponerles guantes o mitones, ya que la creencia popular afirma que así se evitan los rasguños que pueden hacerse en su carita. En parte, es cierto; pues los bebés nacen con uñas blandas pero filosas, muy pegadas a la piel. Como son tan difíciles de cortar, los guantes solucionan este problema.
Aún así, con el paso del tiempo han surgido ciertas dudas sobre el uso de esta prenda. De acuerdo con múltiples investigaciones, la mayoría de receptores táctiles se encuentran en las manos y alrededor de la boca del pequeño. Por instinto, los bebés se llevan sus manos a la boca para crear nuevas conexiones corporales, además de ser una estrategia para calmarse en momentos de tensión.
Para un recién nacido sus manos también fortalecen la relación entre él y su madre. Sobre todo a la hora de alimentarse, ya que el contacto de las manos con el pecho estimula la producción de la oxitocina, sustancia encargada de la producción y salida de leche materna.
Hoy en día el uso de guantes o mitones está cada vez menos recomendado. Los pediatras y profesionales de la salud aconsejan utilizarlos en situaciones en las que el bebé sienta frío. En caso de que el bebé tenga los manos y pies morados, no hay que angustiarse. Este es un rasgo común en recién nacidos.
Si tienes dudas sobre el uso del uso de los guantes para el bebé, puedes consultarlas a tu médico primario. Incluso, si quieres usarlos también es una decisión acertada pues no hay una opinión unánime al respecto.