Redacción Pediatría y Familia
La adaptación del bebé a una rutina de sueño es un proceso que requiere paciencia y tiempo. Con el fin de ayudar a padres y cuidadores en esta tarea, están en auge un tipo de medicamentos que ayudan a los pequeños a conciliar el sueño. La medicina más conocida y recomendada para este fin es la melatonina.
La melatonina es una hormona que el cuerpo humano produce durante las fases más oscuras del día. Esta sustancia llega a todos los órganos a través del torrente sanguíneo, controlando en cierta medida su actividad. Incluso, entre los 5 y 6 meses, la melatonina se regula y establece el ritmo circadiano. Es decir, los cambios que suceden en cada organismo con el paso de las horas del día.
La función básica de la melatonina es controlar el ritmo circadiano. De esta forma, se garantiza que los diferentes ciclos del cuerpo trabajen de la manera adecuada. Si bien, la graduación de la melatonina es un proceso biológico que ocurre en todas las personas, los pediatras y otros especialistas infantiles notan con preocupación un aumento en el tratamiento de trastornos de sueño en bebés y niños con esta hormona.
Es decir, a los pequeños se les administran dosis de melatonina producida de forma artificial para que tengan noches sin contratiempos. En la actualidad, la administración de esta neurohormona no tiene una regulación establecida para determinar las dosis o la cantidad de tiempo que se le debe suministrar a los niños.
Según un nuevo estudio elaborado por la Universidad de Adelaida (Australia), esta hormona sí resulta efectiva en adultos para conciliar el sueño. Sin embargo, en bebés y niños, los pediatras afirman que pueden ser perjudicial, ya que hasta el momento no se han estudiado los efectos secundarios a largo plazo.
Si bien es una forma de tratamiento en niños con trastornos ajenos al sueño, como el TDAH, los pediatras afirman que la mejor opción es establecer rutinas, armarse de paciencia. Aunque la administración de melatonina pueda ser un camino que facilite este proceso, no se conocen con certeza las repercusiones en la salud del niño.