La crianza de los niños, en muchas ocasiones suele verse apoyada por los abuelos, quienes en muchos casos se convierten en los cuidadores de los pequeños, mientras sus padres realizan sus actividades laborales.
Si bien el cuidado de los niños por parte de los abuelos, ya sean maternos o paternos te da tranquilidad como madre, pues no habrá otro lugar en el que puedan estar más seguros y en buenas manos, no todo lo que reciben es beneficioso para los pequeños.
En muchos casos, tus padres o suegros pueden convertirse en la razón de la desobediencia y mala conducta de los pequeños, aunque su intención siempre sea la de protegerlos.
Los abuelos considerados como tóxicos, regularmente llevan la contraria a las órdenes de los papás, proporcionan cosas materiales o alimentos que están prohibidos en casa y los consienten cuando los padres los están corrigiendo o llamando la atención.
Suelen saltarse las reglas establecidas y en el caso de algunas suegras, la intención de descalificar tus acciones frente a tu pareja parece ser el ideal.
En casos del otro extremo, algunos de los abuelos “tóxicos suelen realizar malas conductas, como ingerir alcohol o fumar cuando se han comprometido a cuidarlos.
Si tienes que luchar con esta situación, la revista de Pediatría y familia trae algunas recomendaciones para ti.
Lo mejor siempre será establecer conversaciones adultas y sinceras, en las que puedas agradecer el apoyo per dejando como base algunas reglas que no vas a permitir que se salten.
Si bien sientes tranquilidad de que ellos lo cuiden, no siempre esta relación es beneficioso, por lo que, si debes buscar otras alternativas, hay que hacerlo sin miedo.
En particular, tres problemas dominan los pleitos entre padres y abuelos: respeto de las funciones, toma de decisiones y las reglas que la pareja joven ha elegido en relación a la crianza de sus hijos
Recuerda que puedes aceptar recomendaciones y guías sobre la forma de tratar, guiar y corregir a tu hijo, pero nadie mejor que ustedes como padres, podrá definir lo que le beneficia y lo que no, y sobretodo nadie tiene la calidad que tienen ustedes de saber cómo lo quieren formar y educar.