Para una buena experiencia de parto la madre debe estar preparada y conocer cómo se lleva a cabo, en general, el proceso para dar a luz. El hecho de que la madre conozca estas recomendaciones hará que esté más tranquila y brindará un espacio adecuado para el nacimiento de su bebé, con las mínimas complicaciones y circunstancias incómodas posibles.
Un mes antes de cumplir las 40 semanas de embarazo, el cuerpo de la mujer se va preparando para dar a luz de forma natural (a través de la vagina). Las contracciones son el indicio de esta preparación, las cuales pueden ocurrir de forma esporádica. Las contracciones que avisan que una mujer está pronta a dar a luz, son las contracciones que se empiezan a dar de forma consecutiva y cada vez más dolorosas.
La respiración es un aliado para tener un buen trabajo de parto. Se ha visto relacionado una respiración rápida, acelerada y fuerte con mareos, calambres y desmayos durante el trabajo de parto. Por esto, es importante que aprendas a respirar de forma lenta, reteniendo el aire unos segundos y exhalando suavemente por la boca. Esto, también ayudará a reducir tus niveles de estrés y ansiedad que elevan la adrenalina y obstruyen la liberación de la hormona oxitocina, encargada de dilatar el cuello del útero.
Las mujeres que experimentan contracciones durante el trabajo de parto tienen la sensación de que deben pujar, pero aún no lo deben hacer, ya que no han llegado a la dilatación adecuada que es de 10 centímetros. Es por esto que su respiración debe ser diferente a la descrita anteriormente: la respiración debe ser más rápida y menos profunda durante el tiempo que dure la contracción.
Ten en cuenta que si pujas cuando tu cuello uterino o cérvix no se ha dilatado lo suficiente, puedes gastar energía, inflamar tu cérvix o producirle bultos (hinchazones) temporales a tu bebe, por la fuerza que realizas al pujar y por lo angosto que está el cuello uterino.
Cuando el cuello del útero se dilata 10 centímetros la mujer debe ponerse boca arriba, semisentada, con el cuerpo recto; sus piernas deben estar abiertas y las rodillas lo más cerca al tronco para darle espacio al bebé. En el momento en el que sienta una contracción la mujer debe, inmediatamente, tomar aire, retenerlo y pujar. El especialista le indica en qué momento debe dejar de pujar, aunque esté sintiendo deseos de pujar, debe dejar de hacerlo, ya que el especialista se encarga de sacar el cuerpo para evitar desgarres en la vagina.
Al final del trabajo de parto, los médicos se encargan de extraer la placenta y tú tendrás que hacerte unos masajes para eliminar la sangre o coágulos que quedaron en tu útero, para evitar que se acumulen y haya complicaciones en un futuro. Recuerda que tu especialista te estará indicando cada paso que deber hacer para dar a luz.
Vía: Revista Ginecología y Obstetricia