En cuanto a fármacos, si usted está amamantando y tiene planes de tomar alguno, ya sea de receta o de venta libre, cerciórese de consultar con su médico o el pediatra del niño.
“Aunque muchos medicamentos son seguros durante la lactancia, algunos pueden tener graves efectos secundarios para usted o su bebé, y no son necesariamente los mismos que causaban preocupación durante el embarazo”.
Todavía no tenemos conocimiento completo sobre los efectos a largo plazo de varios tipos de medicamentos en su bebé. Por esta razón, mientras que usted esté amamantando, la American Academy of Pediatrics (AAP) recomienda “tomar medicamentos sólo cuando son absolutamente necesarios, y tomar la dosis más baja durante el menor lapso de tiempo posible”.
“Los medicamentos a corto plazo es mejor tomarlos inmediatamente después de amamantar, mientras que los de largo plazo deben tomarse antes del periodo más largo de sueño del bebé”.
Cuando un medicamento de acción a corto plazo se toma inmediatamente después de amamantar, hay una gran posibilidad de que la mayor parte de éste haya salido del cuerpo cuando su bebé esté listo para amamantar de nuevo.
Cuando tome el medicamento, preste cuidadosa atención a las reacciones de su bebé, tales como pérdida de apetito, diarrea, somnolencia, llanto excesivo, vómito o sarpullidos de la piel. Llame al pediatra del niño de inmediato si se presenta alguno de estos síntomas.
Si su médico le receta un medicamento que puede ser potencialmente peligroso a corto plazo, debe extraerse y almacenar su leche cuando el medicamento ya no esté en su cuerpo.
El tiempo que requiere el medicamento para salir de su sistema varía de acuerdo con el fármaco en particular, pero su médico le puede aconsejar sobre esto. Extraerse y deshacerse de la leche expuesta al medicamento es muy pocas veces lo indicado. Se recomienda que tenga una discusión con su médico y su asesor de lactancia antes de desechar la leche.
La lactancia materna exclusiva y frecuente (sin agua, jugo, leche de fórmula, alimentos sólidos u otros suplementos para el bebé), incluyendo por lo menos una alimentación en la noche, reduce significativamente la posibilidad de quedar embarazada durante los primeros seis meses después del nacimiento.
Sin embargo, después de las seis semanas, especialmente si está amamantando parcialmente, puede empezar a utilizar anticonceptivos si su suministro de leche está firmemente establecido. Debe discutir el asunto con su médico obstetra o ginecólogo.
Los efectos varían dependiendo de cada mujer y tipo de píldora, por lo que debe hablar sobre las posibles repercusiones con su médico antes de empezar a tomar anticonceptivos.
Muchos estadounidenses están acostumbrados a optar por remedios homeopáticos para tratar enfermedades de rutina, particularmente cuando están preocupados por los efectos secundarios asociados con las medicinas más convencionales.
Sin embargo, solo porque un remedio es “natural” no significa que sea seguro para las mujeres que están amamantando o sus bebés. En muchos casos, se han realizado pocas investigaciones científicas respecto a las implicaciones por utilizar estos tratamientos durante la lactancia materna.
En Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos, (Food and Drug Administration, FDA), no regula los remedios homeopáticos, herbales o naturales, lo que significa que el gobierno no supervisa la pureza de estos productos ni que sean seguros. Cuando se toman en grandes cantidades, ciertas substancias crean efectos negativos tales como, presión arterial alta y suministro reducido de leche.
Absténgase de tomar hierbas u otros medicamentos homeopáticos hasta que tenga la oportunidad de discutirlo con su médico.
“Si debe tomar un remedio herbal, siga las mismas recomendaciones que tiene cualquier otro medicamento: tome la menor dosis posible y siempre tómelo inmediatamente después de amamantar para minimizar la cantidad del medicamento en la leche materna“.
Cerciórese siempre de que su médico esté enterado de cualquier medicamento que está tomando durante la lactancia. La comunicación es importante para garantizar su salud y la de su bebé.
De: Pediatrics