Los problemas de aprendizaje afectan a 1 de cada 10 niños en edad escolar, según diversas investigaciones.
Estos pueden ser detectados en los niños a partir de los 5 años y constituyen una gran preocupación para muchos padres, ya que afectan el rendimiento escolar y las relaciones interpersonales de sus hijos.
La mayoría de los niños con trastornos del aprendizaje tienen una inteligencia normal o superior al promedio. Sin embargo, se les dificultan determinadas áreas de aprendizaje.
“Quizás les sea fácil reconocer las letras del alfabeto de manera individual pero les resulte confuso agruparlas para leer. O tal vez no puedan solucionar un ejercicio de matemáticas simple o armar un rompecabezas“.
Debido a que los niños con trastornos del aprendizaje tienen mucha dificultad para aprender ciertas cosas, a menudo se sienten frustrados, enojados y deprimidos. Por lo tanto, es común que no se sientan bien consigo mismos.
Incluso, en muchas ocasiones, saben muy bien lo que quieren decir, escribir y hacer, pero les es muy difícil lograr sus objetivos.
Una vez se hace el diagnóstico oficial, los niños con trastornos del aprendizaje habitualmente deben iniciar terapia con un especialista.
“Esto podría incluir terapia del habla, física y ocupacional (para mejorar la motricidad)”.
No obstante, se puede hacer mucho para ayudar a que tu hijo compense la discapacidad y aprenda a trabajar en torno a ese problema.
Muchas escuelas y educadores han desarrollado métodos especiales de enseñanza y planes de estudio adaptados a las necesidades de niños con este tipo de discapacidad. Recuerda que los niños con discapacidades de aprendizaje pueden aprender y por ello hay que apoyarlos y acompañarlos en su proceso.