Un niño bajito o de estatura baja se refiere a cualquier niño que tiene una estatura bastante menor a la del promedio para su edad y sexo.
La expresión se aplica con más frecuencia a los niños cuya estatura, cuando se traza en una gráfica de crecimiento en el consultorio del pediatra, es inferior a la línea que marca el tercer o el quinto percentil.
“La gráfica de crecimiento utiliza líneas para mostrar una ruta de crecimiento promedio para un niño de edad, sexo y estatura determinados”.
Cada línea indica un porcentaje específico de la población que tendría esa estatura en particular a una edad determinada. Un varón con una estatura trazada en la 25.ª línea de percentil, por ejemplo, indica que aproximadamente 25 de cada 100 niños de su edad son más bajos que él.
Por lo general, los niños no siguen estas líneas con exactitud, pero en la mayoría de los casos, su crecimiento a través del tiempo avanza casi paralelamente a estas líneas. Se considera que un niño con una línea de estatura inferior a la línea del 3 % tiene una estatura baja en comparación con la población en general.
Los especialistas en crecimiento tienen en cuenta muchas cosas al evaluar el crecimiento de su hijo.
“Por ejemplo, las estaturas de los padres del niño son indicadores importantes de qué estatura podrá tener un niño cuando haya completado su crecimiento. Es muy probable que un hijo de padres que están por debajo de la estatura promedio también tenga una estatura inferior a la promedio cuando sea adulto”.
El ritmo de crecimiento, conocido como la velocidad de crecimiento, también es importante. Los niños que no crecen al mismo ritmo que sus amigos lentamente bajarán aún más en la curva de crecimiento a medida que crezcan; por ejemplo, cruzarán de la línea 25.ª de percentil a la quinta. Tal cruce de líneas de percentil en la curva de crecimiento a menudo es una señal de alarma de un problema médico subyacente que afecta el crecimiento.
Si bien, un crecimiento más lento de lo normal puede ser señal de un problema de salud importante, la mayoría de los niños que tienen baja estatura no tienen afecciones médicas, son sanos y crecen a un ritmo normal.
En ocasiones, la baja estatura puede ser un signo de que el niño tiene un problema de salud grave, pero por lo general, existen síntomas claros que sugieren que algo no anda bien.
“La mejor ‘prueba’ es controlar el crecimiento del niño a través del tiempo mediante la gráfica de crecimiento”.
Un plazo típico para niños mayores es de seis meses, y si el ritmo de crecimiento es claramente normal, quizá no se necesiten pruebas adicionales. Además, el médico puede controlar la edad ósea de su hijo (una radiografía de la mano o muñeca izquierda), que puede ayudar en un niño mayor de 7 años a predecir qué estatura tendrá cuando sea adulto.
Los análisis de sangre pocas veces son útiles en un niño ligeramente bajo pero sano, que crece a un ritmo normal; un niño que crece a lo largo del quinto percentil, por ejemplo.
Sin embargo, si el niño se encuentra por debajo del tercer percentil o crece más lentamente de lo normal, los médicos suelen hacer pruebas para buscar señales de una o más de las afecciones médicas mencionadas anteriormente.
Fuente: Healthy Children