Servicio de Noticias de Pediatría y Familia.com |
Cuando se tiene un niño desobediente, examine las posibles fuentes de su conflicto interno y rebeldía.
La mayoría de los niños desafían algunas veces los deseos de sus padres. “Esto es parte del proceso de crecimiento y pone a prueba las normas y expectativas de los adultos”. Es una manera en que los niños aprenden y se descubren a sí mismos, expresan su individualidad y logran un sentido de autonomía.
A medida que extienden sus alas independientes y entran en conflictos menores con sus padres, descubren los límites de las normas de sus padres y de su propio autocontrol.
A veces, sin embargo, estos conflictos son más que perturbaciones ocasionales y se convierten en un patrón de cómo interaccionan los padres e hijos.
Así que, “la desobediencia puede tener una variedad de causas. A veces, se debe a expectativas irracionales de los padres. O podría relacionarse con el temperamento del niño o con problemas escolares, estrés familiar o conflictos entre sus padres“.
Cuando se tiene un hijo muy desobediente, examine las posibles fuentes de su conflicto interno. Si ha sido un patrón persistente que ha continuado en la niñez intermedia, evalúe detenidamente su propia situación familiar:
Si su hijo ha comenzado a demostrar falta de respeto y desobediencia recientemente, dígale que ha notado una diferencia en su comportamiento y que siente que no es feliz y que tiene dificultades. Con su ayuda, trate de determinar la causa específica de su frustración o malestar. Este es el primer paso para ayudarle a cambiar su comportamiento.
“Si reacciona al mal comportamiento de su hijo explotando o perdiendo el control, él responderá con desobediencia y falta de respeto. Por el contrario, será más obediente si usted mantiene la calma, coopera y es coherente”.
De tal manera, el niño aprenderá a ser respetuoso si usted es respetuoso con él y con otros miembros de la familia. Si se vuelve desobediente y está fuera de control, imponga una pausa hasta que se calme y recupere el autocontrol.
Cuando su hijo es obediente y respetuoso, felicítelo por ese comportamiento. Recompense el comportamiento que desea obtener, incluyendo la cooperación y la resolución de desacuerdos. Estos esfuerzos positivos siempre serán mucho más exitosos que el castigo.
Es probable que algunos niños desobedientes necesiten obtener tratamiento profesional de salud mental. A continuación se indican algunas situaciones donde el asesoramiento externo puede ser necesario:
Si las relaciones dentro de su familia muestran señales de dificultad y falta de cooperación, se debe recomendar la terapia familiar. Cuando trata de resolver estos problemas a una edad temprana, puede minimizar e incluso evitar problemas más serias que pueden surgir a medida que los niños llegan a la adolescencia. El secreto es la identificación y el tratamiento temprano.
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.