Niños

Infecciones por Staphylococcus aureus

Por: Inés O. Esquilín Rivera,M.D.

Infectóloga Pediátrica

Catedrática

Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico

El Staphylococcus aureus es una bacteria muy común que frecuentemente coloniza la piel y la nariz de una de cada tres personas saludables. Generalmente, esta bacteria no causa ningún problema a las personas colonizadas. Sin embargo, en ocasiones puede provocar infecciones graves, como infecciones en la piel, heridas, articulaciones, huesos, pulmón o el torrente sanguíneo. Cuando los Staphylococcus aureus causan infecciones las personas se tratan con  antibióticos. El Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (MRSA) es un tipo de bacteria que es resistente a muchos de los antibióticos utilizados para tratar infecciones por estas bacterias. Estos antibióticos incluyen las penicilinas y las cefalosporinas.

Las infecciones en piel y tejidos por MRSA son comunes en niños y adolescentes. Generalmente comienzan como ampollas rojas y dolorosas con pus que se sienten calientes al tacto. Los pacientes pueden presentar fiebre. La bacteria puede quedar contenida en la piel o penetrar áreas más profundas causando infecciones más serias que podrían poner a riesgo la vida del paciente.

Una persona puede contagiarse con MRSA por contacto con una herida infectada o por compartir artículos de uso personal como toallas o navajas de afeitar. El riesgo aumenta en personas en hacinamiento y en atletas, estudiantes o militares que compartan equipo o tengan contacto piel con piel. Además, estarán a mayor riesgo de contagio las personas que han recibido antibióticos recientemente, aquellos con condiciones crónicas de salud, pacientes con catéteres venos, urinarios o peritoneales, y los pacientes hospitalizados. Con frecuencia, cuando hay una persona con MRSA, todos los miembros del hogar están colonizados con la bacteria.

En los hospitales puede ocurrir transmisión de la infección por MRSA. Las personas infectadas o colonizadas se deben colocar en aislamiento por contacto como medida para prevenir la propagación del MRSA. Todos los visitantes deben lavarse las manos antes de entrar y al salir de la habitación. Los proveedores de servicios de salud en contacto con el paciente deben usar vestimenta de protección, mascarilla y guantes al ofrecer cuidado al paciente.Además, es muy importante seguir medidas estrictas de higiene de manos, desinfectar las superficies contaminadas y las sábanas del paciente.

Toda persona debe tomar medidas para evitar el contagio con el MRSA. El lavado de manos es la mejor estrategia preventiva. Se recomienda frotar las manos por 15 segundos con un jabón antibacterial, enjuagar las manos, secarlas con una toalla desechable y utilizar una segunda toalla para cerrar la llave. De no tener acceso a agua y jabón, podemos utilizar un desinfectante de manos que contenga al menos 62 por ciento de alcohol.

Estos se pueden conseguir en botellas pequeñas que podemos cargar en la cartera o en el bulto de los niños. Se recomienda también evitar compartir artículos personales como toallas, sábanas, rasuradoras, equipo deportivo y ropa. Los atletas deben tomar una ducha luego de cada juego o práctica. Las laceraciones, abrasiones en piel y las heridas infectadas deben estar siempre cubiertas con vendajes estériles y secos hasta que se curen, para evitar la propagación de bacterias. La ropa del paciente, la ropa de cama y las toallas en contacto con las lesiones debe ser lavada con agua caliente y de ser posible añadir ¨clorox¨ al detergente. También, es recomendable secar la ropa en la secadora.

El tratamiento de las infecciones por MRSA envuelve el uso de antibióticos tópicos como muporicina y antibióticos orales como la clindamicina y la doxiciclina. En el caso de que sea una infección sería, el paciente debe ser admitido al hospital para recibir antibióticos intravenosos. En aquellos casos en los que las infecciones por MRSA son recurrentes se recomienda la descolonización. Este es un procedimiento que tiene como objetivo eliminar la bacteria de la nasofaringe y las membranas mucosas. Consiste en la aplicación de muporicina en los orificios nasales a todos los miembros de la familia y la administración del medicamento rifampin al paciente dos veces al día por cinco a diez días. Además, el paciente debe utilizar diariamente un jabón antibacterial preferiblemente con clorexidine.

Las infecciones por Staphylococcus aureus y el MRSA son comunes en niños. Estas  pueden resultar en complicaciones serias. No existe una vacuna para prevenir las infecciones por esta bacteria. No obstante, las buenas prácticas de higiene, en especial el lavado de manos son la manera más efectiva de prevenir el contagio. Si tiene dudas en cuanto al manejo de esta condición de salud consulte a su pediatra.

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