Parece que fueran a romperse las caderas y las rodillas y, sin embargo, los niños no pueden estar más cómodos cuando se sientan en W. Esta postura les aporta estabilidad a la hora de jugar en el suelo, pero si ves a tu hijo tiene el mal hábito o mala costumbre de sentarse en W cuando juega… ¡debes corregirle! Te explicamos por qué los niños no deben sentarse en W, con frecuencia.
Los hábitos posturales que adoptan los niños(as) desde el nacimiento son muy importantes para un adecuado crecimiento. Las malas posturas al pararse, sentarse, dormir o estudiar pueden traer consecuencias negativas física y orgánicamente desde una edad prematura, y que la mayoría de las veces se reflejan en la vida adulta.
La posición en W o W-sitting, llamada también, de sastre invertido, es adoptada por muchos niños(as) al sentarse en el suelo y la podemos observar cuando los vemos desde arriba. Se le llama como la letra W del alfabeto, porque la forma que adoptan las piernas así la describe. Al sentarse sobre sus glúteos, apoyan la parte interna de los muslos, rodillas, piernas y tobillos en rotación externa.
Esta postura les es muy cómoda, ya que amplía la base de sustentación y les da mucha estabilidad a la hora de sentarse y jugar en el suelo, sin tener que hacer esfuerzo a la hora de controlar la postura. ¡No hay control del equilibrio! Esta posición, por lo general, es más frecuente en niños pequeños y en la medida que van creciendo, la van dejando de hacer, sin embargo, lo adecuado es corregir desde el primer momento.
Al observar esta postura, la debemos corregir inmediatamente, ya que puede traer como consecuencia los siguientes trastornos:
Entre otras alteraciones ortopédicas tenemos el acortamiento del tendón de aquiles y de los músculos isquiotibiales aductores. También puede suceder una debilidad de los músculos abductores, rotadores externos y extensores de cadera, debido a la elongación que se produce al adquirir esta posición. Por último, puede generar la torsión del fémur y que el niño o niña caminen con los pies hacia adentro y a medida que van creciendo pueden referir dolor de espalda y de pelvis.
Para evitar todos estos trastornos lo que debemos hacer es corregir la postura e indicar a los niños que se sienten: o bien con las piernas cruzadas (la clásica posición de indio), con las piernas estiradas o de lado. Conviene además, que les incitemos a cambiar la postura de vez en cuando y a levantarse y moverse entre una y otra. ¡Aquí te dejo algunas recomendaciones!
Aprender a sentarse es un gran paso para el desarrollo psicomotriz de un bebé. Al intentar y conseguir estar sentado, el bebé estará fortaleciendo a los músculos de su espalda, estimulando su equilibrio, etc. Por ello, es muy importante, desde edades tempranas, que los bebés aprendan a sentarse bien.
Sin embargo, antes de enseñar a tu bebé a sentarse te recomendamos que consideres si el bebé ya mantiene la cabeza levantada, que pueda girarla hacia arriba o abajo, y que te pida. ¿Cómo? pues cuando él agarre tus manos para levantarse. Ese es el momento.
Para enseñarle a sentarse debes asegurarles protección. Puedes poner una manta y algunos cojines en el suelo. Siéntate frente a tu bebé y tómalo por las manos. Con canciones, juegos, gestos, motívale a que agarre tus manos y se levante, pero si obligarle. Ya verás que su reacción no tardará y él querrá sentarse.
Otro juego es sentarse sobre tu regazo. Una vez sentadito, juega con él con canciones de palmas u otro tipo de juego. Eso le motivará a sentarse.
Fuente: Guía infantil