Para muchas personas, los viajes en el periodo de gestación no es sinónimo de vacaciones. Y no es del todo incorrecto pensar de esa manera, puesto que en esta etapa hay que extremar las precauciones antes del viaje y visitar al ginecólogo para recibir las instrucciones necesarias antes de volar.
Ahora bien, si se trata de un embarazo de alto riesgo lo más probable es que el especialista aconseje no realizar el viaje por las complicaciones que podrían presentarse durante el vuelo, teniendo en cuenta, también, la duración del mismo.
De hecho, algunas aérolíneas comerciales prohiben que mujeres con más de 36 semanas de embarazo realicen el viaje. Se pueden presentar excepciones como el tener un permiso médico, pero es importante revisar las políticas de cada empresa.
Especialistas recomiendan que el viaje se realice en el segundo trimestre del embarazo, es decir, entre el tercer y sexto mes de gestación.
Al igual que las mujeres que no se encuentran en embarazo, es normal que llegues a sentir náuseas al despegue y aterrizaje del avión, y que los cambios de la presión generen dolor de cabeza o taponamiento de oídos. Pero despreocúpate, estos efectos no tienen nada que ver con tu estado y no representan ningún peligro para ti ni para tu bebé.