Alimentación Infantil

Contaminación, tráfico y ruido pueden favorecer el sobrepeso infantil

¿Hasta qué punto el entorno en el que vivimos puede influir en el peso corporal de los niños y niñas? Es la cuestión que intentan responder investigadores del ISGlobal y del Instituto Universitario de Investigación en Atención Primaria (IDIAP) Jordi Gol en un estudio publicado en la revista Environment International.

  • La principal conclusión a la que han llegado es la siguiente: “los niveles más altos de contaminación del aire, tráfico y ruido se asociaron con un índice de masa corporal (IMC) más altos y con una mayor probabilidad de que el niño o niña sufriera sobrepeso u obesidad”, explica Jeroen de Bont, primer autor del estudio e investigador del ISGlobal y del IDIAP Jordi Gol.

4 de cada 10 niños de entre 9 y 12 años pesan más de lo recomendado

  • La investigación ha analizado datos de 2.213 niños y niñas de entre 9 y 12 años que viven en Sabadell (Barcelona), y se detectó que un 40% tenía sobrepeso u obesidad.

PRÓXIMO PASO: SABER EL PORQUÉ DE LA RELACIÓN

Una vez se ha apuntado la posible relación entre contaminación, tráfico, ruido y un IMC infantil alto, el siguiente paso sería comprender por qué ocurre esto.

  • De momento se desconocen los motivos que llevan a que estos factores favorezcan el sobrepeso y la obesidad, y comprenderlos permitirá desarrollar programas de promoción de la salud a nivel comunitario que mejoren los comportamientos en la ciudad, apuntan desde el ISGlobal.

POSIBLES MECANISMOS QUE LO EXPLICAN

El equipo responsable del informe plantea diversas hipótesis al respecto:

  • La contaminación del aire puede favorecer una respuesta inflamatoria en el organismo, el estrés oxidativo y una alteración de las hormonas, mecanismos que favorecen la ganancia de peso.
  • El ruido, lógicamente, puede hacer que a los niños y niñas les cueste más dormir, o que se despierten a menudo. Y esto favorece una mayor segregación de hormonas vinculadas al estrés (uno de los factores de riesgo de sobrepeso).

El tipo de comercios también influye

Es otra de las evidencias que ha mostrado la investigación.

  • Los autores comprobaron que, a más establecimientos de alimentación no saludable en el entorno, mayor era el riesgo de obesidad infantil.

LOS RECURSOS ECONÓMICOS, OTRO FACTOR A CONSIDERAR

El estatus socioeconómico es algo que habría que tener en cuenta a la hora de valorar el riesgo de que un niño o una niña acabe sufriendo obesidad o sobrepeso, según muestra el estudio.

  • En el trabajo se vio que los niños y niñas que vivían en zonas más desfavorecidas de las afueras de la ciudad presentaban más sobrepeso y obesidad, a pesar de estar expuestos a niveles más bajos de contaminación, ruido y tráfico, y disponer de zonas más verdes.

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“El estatus socioeconómico tiene un papel importante, todavía no del todo claro, en la asociación entre el entorno urbano y la obesidad infantil”, remarca Martine Vrijheid, otra de las autoras del informe.

Una postura que, cuando se tienen en cuenta cifras de otros informes, como las obtenidas en el Estudio Aladino 2019, de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), se reafirma aún más si cabe.

  • Según esta amplia investigación, el nivel de renta de las familias es un factor que influye notablemente en el riesgo de obesidad infantil. Así, el 23,2% de los niños y niñas de familias con rentas inferiores a 18.000 euros brutos al año sufre obesidad, frente al 11,9% cuyas familias tienen una renta superior a 30.000 euros brutos al año.
  • Los niños y niñas de familias con rentas más bajas acuden más a establecimientos de comida rápida, toman menos fruta a diario y consumen golosinas con más frecuencia, han comprobado los autores del informe de la AESAN.

¿ENTORNO Y SEDENTARISMO SE RELACIONAN?

Aunque el estudio no ha encontrado una relación evidente entre el entorno urbano y los niveles de actividad física o el comportamiento sedentario de los niños y niñas que han participado en él, desde el ISGlobal apuntan que es algo que sí que podría influir.

  • Uno de los aspectos que ha podido determinar estos resultados es el hecho de que los cuestionarios sobre actividad física que contestaron los niños y niñas, que participaban en los proyectos ECHOCAT e INMA, no tenían en cuenta el lugar en el que se llevaba a cabo.
  • “Pudimos saber si practicaban baloncesto o fútbol, pero no si se movían en bici por zonas verdes de su entorno, por ejemplo”, puntualiza Jeroen de Bont. Además, “es difícil saber hasta qué punto la obesidad condiciona los comportamientos relacionados con el peso”, añade.

Lo que parece claro es que los niveles de contaminación del entorno son otro de los factores que deberían tenerse en cuenta a la hora de comprender y combatir el sobrepeso y la obesidad infantil, un problema que pone en riesgo no solo el estado físico de los niños y niñas, también su salud futura.

Fuente: Saber Vivir TV

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