En esta etapa el bebé descubre que con monerías y “payasadas” hace reír a sus padres. Y le encanta comportarse así. Aprovéchalo, es un periodo precioso.
Llega un momento, alrededor del primer año, en que el niño se da cuenta de que puede influir en su entorno y provocar reacciones en las cosas y en las personas que le rodean. Ese poder le fascina. Pronto descubre que una de sus manifestaciones más celebradas por los adultos son las payasadas que se le ocurren. Tiene sentido del humor, entiende tus bromas y él hace las suyas, despertando un coro de risas y admiración. Quiere ser el centro de atención y ha descubierto otra forma de conseguirlo.
En esta etapa, incluso los niños muy tranquilos se vuelven un poco torbellinos, los tímidos se vuelven más sociables y los que no se separan de las faldas de mamá empiezan a intentar hacer cosas por su cuenta. El niño es ahora mucho más activo, aprende a andar y a hablar, se muestra orgulloso de sus logros… Necesita descansar bien y jugar al aire libre, aunque probablemente comerá peor. Conviene disfrutar estos momentos con él a tope, aunque evitando ciertos errores.
Esta etapa es ideal para conseguir varias cosas importantes:
Tenlos presentes, porque si no los evitas ahora luego será más difícil ponerles remedio: