Seguramente has escuchado o te has preguntado que si vives un embarazo con mucho estrés tendrás un hijo más nervioso o que si el embarazo es tranquilo y plácido, el niño será más calmado, entre otras. Lo que está claro es que los seres humanos somos emocionales y durante el embarazo las emociones parecen estar más a flor de piel.
Estas sensaciones: ira, miedo, estrés o tristeza llegan al bebé a través de la placenta en cuestión de segundos pero, ¿cuánto pueden afectar las emociones de la madre al carácter y personalidad futura del niño?
La ciencia no termina de ser clara al respecto, actualmente se sigue estudiando cómo es el mundo emocional del niño en el entorno intrauterino. Sin embargo, algunos investigadores como el Dr. Thomas Verny, psiquiatra, plantea en sus libros que el bebé dentro del útero es consciente y siente todo lo que ocurre durante la gestación y esto va formando y moldeando su personalidad. ¿Cómo puede ser el comportamiento del niño según viva la madre el embarazo?
Por ejemplo:
En cualquier caso, hay que entender que los breves períodos de ansiedad, rabia, estrés o momentos de más intensidad, que todas las embarazadas hemos vivido en algún momento determinado, no parecen afectar a largo plazo al bebé.
En esos momentos pueden liberarse endorfinas o adrenalina y éstas llegan al bebé y provocar en él sensaciones poco placenteras y no por ello deben causarle mayor problema.
Pero sí es importante que el estado anímico y emocional de la madres sea el mejor posible para evitar que ciertas sensaciones o emociones negativas se conviertan en una constante y puedan afectar al bebé de forma negativa.
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