Por años se ha tenido la certeza de que los gatos son los principales acumuladores del parásito Toxoplasma gondii, causante de la toxoplasmosis llegando a infectar a niños, adultos y otros animales.
Este contagio aunque puede provocar síntomas similares a los de la gripe, la mayoría de las personas infectadas no se presenta ningún tipo de síntoma. Sin embargo, esta enfermedad puede significar graves complicaciones para aquellas personas que tengan un sistema inmunitario débil.
El contacto con gatos infectados no es el único método de contagio de esta enfermedad:
Los síntomas para los adultos incluyen fiebre, inflamación de los gaglios linfáticos, dolores de cabeza, musculares, cansancio, agrandamiento del hígado y del bazo; malestar general.
Dependiendo del estadío de embarazo en el que se contagie la madre, determinará la importancia que la infección tiene en el feto, pues si la enfermedad se presenta durante los primeros meses de gestación puede incurrir, incluso, en un aborto espontáneo.
Los niños con toxoplasmosis congénita no presentan síntomas al momento del nacimiento, y esto no significa que no se encuentren contagiados. Las señales pueden aparecer progresivamente con el paso de los meses, de leves a graves:
En adolescentes y en mujeres no embarazas, no se es neceario un tratamiento. En el caso de los bebés recién nacidos, el procedimiento busca evitar problemas en los ojos y la inflamación del cerebro. Será un trabajo en conjunto del pediatra y expertos en enfermedades infecciosas.
Ten en cuenta como prevención, que se debe evitar realizar el cambio de arena para gato, e incluso, reducir las labores de jardinería.
Los alimentos cárnicos (principalmente de res, cerdo, cordero y de caza), deben estar perfectamente cocidos al momento de ingerirlos.