Familia

Las pataletas: el primer paso para la inteligencia emocional de los niños

Con información de eresmama.com

Entre el primer año y cuatro años de edad se abre el momento más importante para asentar las bases de una auténtica inteligencia emocional.

La personalidad de un niño depende de muchos factores, el contexto donde crece y la interacción recibida son elementos clave. Sin embargo, existe un factor genético que tendremos que asumir, aceptar y entender. Cada niño es único y tiene su propio carácter. Esto se comienza a reflejar, incluso desde el primer mes a través de su estilo de alimentación y de descanso.

Los berrinches no deben ignorarse

Es importante que recordemos dos términos clave:

  • Los berrinches no se ignoran: de nada nos va a servir que nuestro hijo llore, grite y de patadas a ese mueble hasta que se canse. Lo que conseguimos en ese caso es que se sienta aún más frustrado.
  • No debemos intensificar los berrinches, es decir, responder con gritos aumenta aún más la carga emocional en ambas partes, en nosotros y en los niños.

Las pataletas o berrinches son un estallido de emociones provenientes de la rabia y la frustración que los pequeños sienten ante diferentes situaciones. Llantos, gritos, rabia, entre otros, son sentimientos que logran desconcertar a los padres y madres, quienes ante estos casos suelen utilizar la agresión verbal y, en algunas ocasiones física.

Entendiendo que son circunstancias desesperantes, al mismo tiempo que es difícil calmar a un pequeño con furia, se debe tener en cuenta que del modo en que reaccionen los responsables del menor marcará el futuro emocional del niño.

Para ello, te invitamos para tener en cuenta estas sencillas estrategias.

  • Los niños necesitan comprender sus límites, qué se puede hacer y qué no. Cuanto antes lo entiendan mayor seguridad encontrarán en su día a día.
  • No tengas miedo de dar un «NO» a tiempo, algo tan sencillo nos evita problemas posteriores.
  • Sé congruente con las normas y nunca las rompas.
  • Haz uso de cartulinas con dibujos. En cada cartulina dibujaremos una emoción: rabia, miedo, tristeza… Es necesario que los niños aprendan cuanto antes a identificar esas emociones negativas para saber canalizarlas.
  • Para ello, les explicaremos qué se puede hacer con cada emoción. «Si siento rabia debo explicar en voz alta por qué me siento así». Aprender a comunicar emociones en primera persona es algo muy útil que podemos favorecer desde etapas tempranas de forma sencilla, elemental.

En conclusión, somos conscientes de que cada niño es un mundo y de que algunos, pueden llegar a ser muy demandantes. Sin embargo, recuerda, el secreto está en tener paciencia, ser siempre cercanos y afectivos y entender que la educación emocional con un niño empieza desde el primer día en que lo sostienes en brazos.

¡Haz clic para puntuar esta entrada!
(Votos: 0 Promedio: 0)

Artritis Idiopática Juvenil

Nuestro patrocinador

Suscríbete a nuestro Newsletter

Nuestro patrocinador

Revista digital

Nuestro patrocinador