La sinceridad no es otra cosa que expresarse con claridad, sencillez y veracidad. Se trata de no utilizar la hipocresía o simulación para relatar algo.
Para los padres es muy importante transmitir este valor a los niños, sin embargo, también hay que enseñarles esa delgada línea entre decir la verdad con respeto o hacerlo ofendiendo. Con unas sencillas pautas, podremos educar a nuestros hijos en la sinceridad.
Antes de los 3 años, es muy complicado enseñar a los niños a ser sinceros, no están preparados. De los 3 a los 9 años, los pequeños aprenden todos aquellos hábitos relacionados con la sinceridad.
“Al principio lo hacen a través de la observación y la imitación. A partir de los 6 años, ya están preparados para comprender la importancia de este valor y el niño puede esforzarse por decir la verdad, aunque en ocasiones le cueste“.
“Aprender a decir la verdad es la base para adquirir otros valores tan importantes en la vida como la confianza, la bondad, la generosidad, la amabilidad, la responsabilidad, la justicia o la amistad”.
Sin embargo, es muy común que los padres tengan problemas con sus hijos relacionados con la sinceridad. Por ello es importante saber por qué en ocasiones los niños no dicen la verdad. Por ejemplo:
Los estímulos y el ejemplo de los padres es fundamental para conseguir que el niño no mienta y afronte la realidad con la verdad. Algunas pautas pueden ayudar a conseguirlo:
Fuente: Guía Infantil