“La risa trae grandes beneficios en el proceso de aprendizaje, ya que esta es una actividad que libera estrés, crea recuerdos indelebles y además hace que los niños aprendan más rápido“, descubrió un grupo de investigadores de la Universidad de París.
Los investigadores trataron de comprobar si la risa podía influir de algún modo en el aprendizaje de los más pequeños desde sus edades más tempranas. Para ello emplearon dos grupos.
A los primeros se les invitó a observar a un adulto utilizando una herramienta de forma simple, mientras al segundo se les expuso ante una persona manipulando el mismo instrumento pero de un modo divertido de tal forma que provocase la risa en los niños.
“Casi el 94% de los niños que habían reído durante el aprendizaje mostraron un mayor conocimiento del uso del mencionado instrumento. En el caso de los participantes que visionaron a un adulto serio, únicamente un 25% presentaron algún síntoma de haber aprendido algo durante las mencionadas lecciones”.
Entre las explicaciones se presenta el mecanismo de recompensa en el cerebro.
“Al reírse, el cerebro de los niños interpretaba que del uso de esta herramienta surgiría algo divertido que activaría los circuitos de dopamina”.
Por lo que de forma interna, estaban más atentos al aprendizaje ya que de él podría depender el conocimiento de una destreza que reporte un gran beneficio como es la risa.
Redacción Pediatría y Familia