Los piojos saltan de una cabeza a otra con mucha facilidad, en especial entre los más pequeños que tienen mucho contacto físico entre sí. Te explicamos cómo tratar estos parásitos y evitarlos.
El piojo es un insecto gris de entre 2,5 y 4 mm de longitud que vive en el cabello de las personas y se alimenta de pequeñas cantidades de sangre, que extrae picando el cuero cabelludo.
La hembra pone entre 4 y 8 huevos al día (llamados liendres), que tardan unos 15 días en hacerse adultos. Son de un color blanquecino y se fijan fuertemente al pelo a una distancia aproximada de 0,5 cm de su raíz (no hay que confundir con la caspa que está suelta o se desprende con facilidad).
Las picaduras de los piojos pueden provocar picor e inflamación del cuero cabelludo. Si el niño se rasca la cabeza, sobre todo en la zona de la nuca y detrás de las orejas, podemos salir de dudas humedeciendo el pelo y pasando la liendrera, un peine de púas finas muy juntas, que arrastrará algún insecto y algunas huevas (antes de volver a usar este peine conviene hervirlo durante cinco minutos).
No es preciso tomar precauciones, solo seguir observando todos los días la cabeza del niño y extremar la higiene. Hay que advertirle de que no debe intercambiar toallas, horquillas, diademas, peines o gorros con otros niños.
No es aconsejable usar medicamentos antipiojos para prevenir una posible infestación, ya que los piojos se hacen resistentes a los medicamentos y el cabello se debilita con el uso continuado de los insecticidas.
En primer lugar, mantener la calma: usando un buen antiparasitario los piojos se pueden eliminar a la primera. El niño no debe volver a clase hasta que no haya sido tratado. Además, debemos ponernos en contacto con el colegio o la guardería para que puedan controlar a sus compañeros. Los piojos son extremadamente contagiosos.
Existen varios productos antipiojos eficaces, pero el más usado es la loción de permetrina, porque no es muy tóxico. Es muy importante aplicarlo correctamente, muchos productos antipiojos resultan ineficaces porque no se usan bien.
Las lociones antipiojos se aplican con el cabello seco, insistiendo en nuca y detrás de las orejas, que es donde se acumulan estos parásitos. Después se cubre la cabeza del niño con un gorro de plástico, para potenciar su acción y recoger los bichitos que se desprenden, y se deja actuar el tiempo indicado en el prospecto. A continuación se lava, aclara y seca el pelo con la toalla y se peina cuidadosamente con la liendrera. Si falla el tratamiento, se puede repetir la aplicación entre siete y diez días más tarde.
En caso de que el niño siga teniendo piojos dos semanas después de haber aplicado el tratamiento, hay que consultar de nuevo al médico, ya que puede necesitar un cambio de loción. También hay que consultar si el pequeño tiene erosiones o heridas en el cuero cabelludo.
Tras aclarar el pelo y secarlo con la toalla se peina con una liendrera de cerdas finas y tupidas con suavidad, para no lesionar el cabello. Si queda algún huevo adherido al pelo, se quita con las manos.
Dr. Florencio de Santiago | Ser Padres